Actualizado 22/03/2013 07:11

La ONU subraya que la reforma del SIDH "no debe debilitar su capacidad para proteger a las víctimas"


NUEVA YORK, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha subrayado este jueves que "las reformas en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) no deben debilitar su capacidad para proteger a las víctimas".

De cara a la reunión que la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrará hoy sobre la reforma del SIDH, Pillay ha enfatizado que "en cada país de todo el continente americano todas las víctimas de las violaciones de los Derechos Humanos deben ser protegidas".

"Animo a todos los países miembro de la OEA a aprovechar esta oportunidad reformista para fortalecer su ejemplar sistema de Derechos Humanos, promoviendo el acceso al mismo de todos los ciudadanos del continente", ha dicho.

Además, ha instado a "respetar la autonomía del SIDH en su progresiva mejora de su política y sus prácticas en respuesta a las necesidades de las víctimas y a las preocupaciones de los países miembros".

Pillay ha valorado que "durante los últimos 50 años el SIDH ha sido un faro de esperanza para el continente americano, proporcionando recursos a las incontables víctimas de las violaciones de Derechos Humanos, consolidando las instituciones democráticas e inspirando el desarrollo de la maquinaria universal de Derechos Humanos".

Sobre este último punto, ha destacado que "el SIDH y el sistema universal de Derechos Humanos han incrementado su trabajo conjunto y se han complementado el uno al otro para maximizar la protección y prevenir los abusos".

Los países de la OEA se reunirán este viernes para debatir la reforma de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), creada en 1959 para proteger y promover los Derechos Humanos en el continente y actuar como órgano consultivo.

La reunión se celebrará en medio de las críticas de varios países latinoamericanos a la CIDH y al resto del SIDH, al considerar que no es neutral porque obvia las violaciones de los Derechos Humanos cometidas en Estados Unidos y acentúa o inventa las cometidas bajo gobiernos críticos con la Casa Blanca.

El más crítico con el SIDH es Venezuela, cuyo difunto presidente, Hugo Chávez, anunció en 2010 que se retiraba de la CIDH porque "es un cuerpo politizado utilizado por el imperio (Estados Unidos) para agredir a gobiernos como el venezolano".

Esta semana el presidente boliviano, Evo Morales, ha seguido su ejemplo, revelando que su Gobierno sopesa "seriamente" abandonar la CIDH porque "es como otra base militar (de Estados Unidos)". "A pesar de que no ha ratificado ninguno de los acuerdos para la defensa de los Derechos Humanos, la financia y alberga sus oficinas", ha indicado.

Otro detractor del SIDH es el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que la semana pasada presentó un pliego de propuestas para reformar la CIDH, especialmente sus relatorías, advirtiendo de que, de lo contrario, podría abandonarlo.