Actualizado 30/01/2015 20:34

La Inteligencia argentina, ¿relacionada con la muerte de Nisman?

Alberto Nisman
Foto: REUTERS

BUENOS AIRES, 30 Ene. (Reuters/Notimérica) -  

   El pasado 18 de enero el fiscal Alberto Nisman fue hallado sobre un charco de sangre y con un disparo en la sien en su lujoso departamento de Buenos Aires, días después de haber acusado a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de encubrir a los autores del trágico atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que tuvo lugar en 1994 y que dejó un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas.

   Al principio, el Gobierno respaldó la hipótesis del suicidio, pero días después la presidenta aseveró tajante que Nisman no se suicidó sino que aquellos que le dieron la información falsa para desacreditarla a ella y a su Gobierno estarían detrás de su muerte. Con ello, la mandataria apuntó directamente a la Secretaría de Inteligencia y a su antiguo director de operaciones, presunta fuente de Nisman.

   Tras esto, y en medio de la conmoción de la muerte del fiscal, Fernández de Kirchner anunció esta semana que disolverá la Secretaría de Inteligencia para crear una nueva central que estará bajo control de la procuradora general, en un intento por acabar con los turbios métodos de espionaje de la agencia ubicada a sólo metros de la Casa de Gobierno.

   Sin embargo, la trama de la historia es compleja y muchas preguntas sobre los servicios de inteligencia siguen sin respuesta. ¿Por qué un sector de los servicios de inteligencia habría buscado dañar la imagen de la presidenta? ¿Cómo pudo operar con semejante impunidad?

EL MEMORANDO.

   "Esta puja interna (de los servicios) arranca con el memorando de entendimiento con Irán" del 2013, señaló una fuente del Gobierno bajo condición de anonimato. Con ese documento, la presidenta de Argentina aceptaba investigar junto a la nación islámica el atentado de 1994 que voló en pedazos la sede israelita de la AMIA en Buenos Aires.

   Algunos agentes de Inteligencia de Argentina que habían colaborado con la investigación de Nisman durante una década para acusar a varios iraníes como principales sospechosos, consideraron el acuerdo bilateral casi como una traición.

   Esa fue la visión del poderoso agente Antonio Stiusso, que creía que el documento no solo ponía en riesgo información de Inteligencia sino hasta su seguridad y la de otros espías asignados a la investigación, según una fuente cercana a la SI, que no descartó que el acuerdo también afectara oscuros negocios. "Fue como si ella (la presidenta) cambiara de bando (...) y de repente fuera amiga de Irán", dijo la fuente.

   Nisman también se opuso al acuerdo que había sido impulsado por Fernández, un memorando que fue ratificado por el Congreso argentino pero bloqueado por la Justicia.

   Un miembro del equipo de trabajo de Nisman, que pidió mantener oculta su identidad, recordó que "desde el primer día (el fiscal) consideró que el memorando no era una herramienta eficaz para hacer avanzar la causa". El acuerdo nunca entró en vigencia, pero su firma fue suficiente para convulsionar a los servicios de inteligencia.

LA CLAVE DE STIUSSO.

   Stiusso, ex jefe de Contrainteligencia, fue despedido en diciembre junto a otros agentes en una reestructuración de los servicios. A día de hoy se desconoce su paradero.

   Para algunos, Stiusso tenía demasiada influencia sobre el caso que llevaba el fallecido fiscal. Desde el Gobierno aseguran que el ex jefe dio información falsa al fiscal para que construyera su acusación. Muchos expertos creen que la denuncia del fiscal no tiene sustento legal.

RED INTERNACIONAL DE ESPIONAJE.

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   Stiusso trabajaba en contacto directo con los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel, coincidieron varias fuentes. Además, cables de la embajada estadounidense en Buenos Aires del 2008 difundidos por Wikileaks revelaron que Nisman consultaba sus planes sobre la investigación con Washington.

   Para el periodista Horacio Verbitsky, presidente del organismo de derechos humanos CELS, que fiscaliza la investigación del ataque a la AMIA, la verdadera razón que llevó a Nisman a oponerse al memorando con Irán fue la de proteger los vínculos de la inteligencia argentina con Estados Unidos e Israel.

   La prueba de ello es la propia denuncia de Nisman, ha asegurado Verbitsky. En la página 282 de ese texto hay un párrafo que critica que el memorando con Irán permitirá a una comisión internacional analizar lo actuado por servicios de inteligencia argentinos y extranjeros.

   "Creo que ahí tenemos una explicación de lo que ha estado pasando", dijo el periodista. Verbitsky sostuvo que la denuncia del fiscal parece un escrito de un agente de inteligencia que intenta preservar sus relaciones secretas con los servicios de otros países, que habrían quedado expuestos de entrar en vigencia el memorando.

   "Lo dice Nisman con toda claridad en su denuncia. Esta acusación no tenía por destino los tribunales sino la prensa mundial", destacó Verbitsky.

   De cualquier modo, la muerte del fiscal es un hecho que aún nadie puede explicar más que con conjeturas. La Justicia aún no ha destacado que se haya tratado de un suicidio instigado o de un asesinato, mientras que varios funcionarios del Gobierno han admitido que tal vez nunca se conozca la verdad.

PASADO OSCURO.

   Los servicios de inteligencia argentinos, que están en la mira de muchos críticos por operar con demasiada autonomía pese a que deben reportar formalmente a la presidenta, tienen una historia negra.

   En la segunda mitad de la década de 1970 colaboraron con la cruenta dictadura que secuestró, torturó y asesinó a cerca de 30.000 argentinos, que hoy en gran parte continúan desaparecidos.

   Muchos de los agentes que empezaron su carrera en esa época hoy lideran la SI, según investigaciones periodísticas. Algunos como el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, los acusan incluso de estar involucrados en narcotráfico, trata de personas y tráfico de armas.

   Muchos políticos opositores dicen que la presidenta Fernández de Kirchner usó a los servicios de inteligencia para espiar a sus adversarios, dándoles un poder que habrían terminado usando contra el propio Gobierno.

   "Los servicios siempre están al borde. Y cuando dejan de apoyarte, sonaste (estás perdido)", ha señalado la fuente del Gobierno citada anteriormente, en alusión a la muerte de Nisman. "Es una preocupación, hay que ver dónde llegamos".

   Cuando la presidenta despidió a la cúpula de la central de Inteligencia en diciembre, Stiusso incluido, nombró al ex secretario Oscar Parrilli como nuevo Señor 5, como se conoce al hombre que ocupa el quinto piso de la central de los servicios y lleva las riendas de la agencia. Sin embargo, la medida no pudo evitar la muerte de Nisman.

   La pregunta que ahora muchos se hacen es si con la reforma integral que propuso Fernández de Kirchner se podrá evitar situaciones similiares. "Los servicios de inteligencia del Estado se han apartado de la legalidad, se han autonomizado del poder político -que nunca tuvo el control de los mismos-", afirmó Pérez Esquivel en un comunicado.

   "Esperemos que el proyecto del Ejecutivo sea efectivo y que esta nueva Agencia Federal de Inteligencia sea concertada con todas las fuerzas democráticas y populares", agregó.