Publicado 14/08/2015 05:02

La jornada de paro acaba con enfrentamientos entre policías e indígenas en Ecuador

QUITO, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

La jornada de "paro nacional" convocada por los grupos opositores ha concluido con leves enfrentamientos en el centro histórico de Quito entre la Policía e indígenas que trataban de saltarse el cerco policial para llegar a la sede presidencial, con el objetivo de reunirse con el presidente, Rafael Correa, quien ha denunciado un intento de "golpe de Estado blando".

Ante el intento de llegar a las zonas aledañas del Palacio de Carondelet, donde se reunían los simpatizantes del presidente ecuatoriano, la Policía ha retenido al líder del Movimiento de los Indígenas de Ecuador (Ecuarunari), Carlos Pérez Guartambel, que ha denunciado posteriormente haber sido "golpeado por una bomba lacrimógena".

En el forcejeo, la policía lanzó gas lacrimógeno y los indígenas respondieron con palos y piedras. El enfrentamiento dejó heridos en los dos lados, según informa el diario local 'El Universo'.

Este ha sido el cierre a una jornada en la que cientos de personas han bloqueado las principales carreteras de Ecuador para expresar su rechazo al Gobierno de Rafael Correa en una jornada de "paro nacional" que el líder izquierdista ha enmarcado en "un golpe de Estado blando" y del que ha destacado su baja participación. "Han sido derrotados nuevamente", ha aseverado.

MARCHA INDÍGENA HACIA QUITO

La marcha de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que ha recorrido 700 kilómetros en 11 días para llegar a Quito, ha liderado la huelga general contra Correa y su gabinete desde la capital ecuatoriana.

Los indígenas llegaron el miércoles a Quito después de un viaje agotador en el que se han vivido incidentes menores que se han cobrado la vida de una mujer que falleció al ser atropellada, según ha informado la prensa ecuatoriana. Las comunidades nativas acuden a este "paro nacional" con unos reclamos muy concretos que se centran en una reforma agraria que redistribuya las tierras en manos privadas y un plan educativo que contemple su cultura.

A ellos se han sumado varios colectivos contrarios al Gobierno de Correa que han expresado su rechazo bloqueando algunas de las carreteras más importantes del país andino y han levantado barricadas incendiadas para protegerse de la acción policial.

Pese a la tensión, la protesta ha transcurrido sin incidentes importantes, salvo en Azuay, donde cinco policías han resultado heridos mientras intentaban despejar la carretera que une las localidades de Giró y Pasaje a la altura de Limones.

En su caso, reclaman a Correa que dé marcha atrás en sus planes de reformar la Constitución para poder presentarse a la reelección en 2017 y que cancele también la subida de impuestos que ha anunciado para hacer "una mejor redistribución de la riqueza".

"GOLPE DE ESTADO BLANDO"

Correa, por su parte, ha asegurado que el "paro nacional" ha sido un "fracaso". "Total normalidad en las principales ciudades", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter, aunque ha admitido el bloqueo de importantes vías como la Panamericana.

El jefe de Gobierno ha llamado a sus seguidores a concentrarse frente al Palacio de Carondelet para rechazar "el viejo país de palos y piedras". "No podemos someternos a los abusos de una minoría. Somos más, muchísimos más", ha argumentado.

Además, ha llamado a los jóvenes a movilizarse en contra de lo que ha calificado como "una estrategia de golpes de Estado blandos" que los "grupos de poder" habrían puesto en marcha a nivel regional tras el "aturdimiento" inicial por el ascenso de la izquierda.

"No crean que es casualidad (que haya protestas) contra gobiernos de izquierda. Se trata de una estrategia continental para frenar los cambios", ha dicho desde el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), en Quito.

Correa ha señalado que la "estrategia" consiste en "generar matrices de opinión y calentar las calles" para propiciar la caída de los "gobiernos progresistas" porque "aún no se han consolidado en el poder" y "las élites lo saben".