Actualizado 04/08/2009 03:21

Líderes golpe Honduras apuestan a resistir aislamiento

Por Mica Rosenberg

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Un mes después de que el presidente Manuel Zelaya fuera depuesto con un golpe de Estado, líderes políticos y de negocios de Honduras que respaldaron su derrocamiento insisten en que pueden resistir meses de aislamiento internacional antes de permitir su retorno.

El golpe de Estado del 28 de junio, cuando militares capturaron a Zelaya y lo enviaron al exterior del país en un avión militar, ha sido ampliamente condenado.

Gobiernos y organismos de crédito internacionales han congelado algunos programas de ayuda y protestas de simpatizantes del líder depuesto han causado interrupciones en el transporte de carga, golpeando aún más a la empobrecida economía de la nación centroamericana.

Pese a indicios la semana pasada de que un acuerdo para permitir el retorno de Zelaya podría ser posible, el Gobierno de facto de Roberto Micheletti, ex presidente del Congreso, parece estar preparándose para aguantar un buen tiempo.

Un grupo de familias ricas que controla gran parte de la producción de textiles, banana y café asegura que hará lo posible para mantener a Honduras funcionando incluso si la administración no es reconocida por los gobiernos extranjeros.

"No importa cuántas limitaciones y privaciones tengamos que pasar en estos seis meses (...) es mejor que pasar años con un Gobierno que esté al margen de la ley con personas que están amenazando nuestra democracia, nuestros valores, nuestros principios, incluso nuestras leyes", dijo esta semana Rafael Pineda, segundo en el Gobierno de facto.

Las conversaciones para zanjar la crisis, mediadas por el presidente de Costa Rica Oscar Arias, están estancadas con el Gobierno de facto cerrado a permitir el retorno de Zelaya.

Una fuente cercana al Gobierno de Micheletti dijo la semana pasada que podría haber un acuerdo que permitiera el regreso de Zelaya si se colocaban límites para impedirle descarrilar la democracia en los últimos meses de mandato.

Pero, los líderes del golpe dicen que aguantarán hasta que se realicen las elecciones de noviembre y más, incluso aunque la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo que no reconocería a un nuevo Gobierno sin un acuerdo negociado con Zelaya.

Micheletti dice que varias empresas han acordado congelar el precio de los alimentos básicos mientras sea necesario.

"No nos importa lo que el mundo piense y finalmente el mundo entenderá", dijo a Reuters Adolfo Facussé, presidente de la asociación de industriales privados y uno de los empresarios más influyentes del país.

Facussé dijo que el Gobierno de facto podría levantar una prohibición sobre la minería a tajo abierto para atraer inversión extranjera y emitir deuda para aliviar la presión sobre las arcas fiscales.

"Si el Gobierno necesita dinero, nosotros decimos: 'emita bonos, nosotros los vamos a comprar'", dijo en una entrevista en el jardín de su condominio privado en la capital.

COMPRANDO TIEMPO

Zelaya fue depuesto después de que desató molestia entre parte de la clase política y empresarial por su giro hacia la izquierda y su acercamiento al presidente socialista de Venezuela, Hugo Chávez.

La Corte Suprema, el Congreso, el Ejército y un grupo de poderosos conglomerados empresariales se alinearon contra él después de que el mandatario depuesto impulsó una consulta popular que podría haber allanado el camino a su reelección.

Estados Unidos, un aliado de larga data de Honduras e importante socio comercial, recortó 16,5 millones de dólares en ayuda militar y retiró las visas diplomáticas a varios funcionarios de alto rango del Gobierno de facto para presionar por el retorno de Zelaya.

Pero Washington no ha tomado aún sanciones más duras y Micheletti asegura que su Gobierno puede soportar cualquier presión adicional.

"Podemos sobrevivir perfectamente a la situación actual", afirmó esta semana.

Economistas dicen que Honduras ya está en recesión y que la peor crisis política en Centroamérica en 20 años podría recortar dos puntos porcentuales adicionales del Producto Interno Bruto (PIB) como consecuencia de la interrupción en el flujo de carga, la disminución del turismo y posibles daños a la próxima cosecha de café.

Los exportadores dicen que no temen a los bloqueos de carreteras debido a la posición estratégica de Honduras en el medio de América Central.

Ayudada por un Tratado de Libre Comercio (TLC), Honduras exporta textiles y gran parte del flujo de camiones pasa a través del país para llegar al importante puerto de Cortés, en la costa Atlántica, para embarcar hacia Estados Unidos.

Los gobiernos de Centroamérica impusieron un bloqueo de 48 horas poco después del golpe de Estado, pero no han intentado nuevamente una estrategia similar.

"Se cierra la frontera para Honduras y ¿sabes lo que se dieron cuenta, pero rapidito? Que se fregaban ellos", dijo Facussé. "La empresa privada de los demás países saltó y dijo que no jueguen con la economía por cuestiones políticas", añadió.

(Traducido por Gabriela Donoso, editado en español por Silene Ramírez)