Actualizado 03/12/2010 23:50

Lula afirma que el "momento mágico" que vive Brasil se mantendrá con Rousseff

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con la mandataria electa, Di
EP/WILSON DIAS/ABR


RÍO DE JANEIRO, 3 Dic. (Reuters/EP) -

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, vaticinó que el "momento mágico" de prosperidad del país se mantendrá durante el Gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, aunque se mostró poco esperanzado sobre las futuras reformas en la economía.

Lula dijo que la mejor garantía para mantener el crecimiento del país eran las inversiones en infraestructura, como vías férreas y equipamiento para la producción de petróleo.

"Este momento mágico que está viviendo Brasil no es sólo algo pasajero", dijo el presidente saliente Lula a un grupo de corresponsales extranjeros en Río de Janeiro. "No resolvimos todos los problemas de Brasil, pero dimos pasos extraordinarios", agregó.

El ex líder del sindicato de los trabajadores metalúrgicos ha conseguido el apoyo de Estados Unidos gracias a la administración económica que ha llevado a cabo y a los programas sociales que han sacado a 20 millones de brasileños (más de un 10% de la población) de la pobreza extrema desde que asumió el primero de sus dos mandatos en el 2003.

Sin embargo, Lula habló con cautela sobre si Rousseff será capaz de aprobar reformas impositivas laborales y fiscales para reducir los altos costes de los negocios de Brasil. "A mucha gente le gusta hablar sobre reformas (...) es chic", afirmó. "Pero en la práctica, es difícil", añadió.

El mandatario reconoció su propio fracaso a la hora de impulsar las reformas económicas en el Congreso, pese a índices de aprobación de casi un 80 por ciento.

"Con seguridad esto es algo que (Rousseff) tratará de arreglar al comienzo de su Gobierno", manifestó Lula, quien también desestimó crecientes preocupaciones de que los estadios de Brasil y la infraestructura para el Mundial de fútbol 2014 pueda salirse de presupuesto o no estar preparada a tiempo.

El presidente predijo que el certamen otorgaría un impulso duradero a la economía de Brasil, "a menos que perdamos en el (estadio) Maracaná, como lo hicimos en 1950", en referencia a la derrota de Brasil ante Uruguay en la Copa del Mundo de ese año. "Ahí, será un desastre económico", señaló entre risas.

En cuanto a qué se dedicará el mandatario a partir del próximo enero aseguró que "no tenía planes"

Hacia el final del evento, agradeció a la audiencia y dijo: "Los veré ", y entonces hizo una pausa, frunciendo el ceño. "Los veré cuando Dios lo quiera, supongo", concluyó antes de retirarse.