Actualizado 05/03/2016 19:08

Lula da Silva deja una nación dividida tras declarar por presunta corrupción

Lula Da Silva
UESLEI MARCELINO / REUTERS

   RÍO DE JANEIRO, 5 Mar. (Notimérica) -

   La detención este viernes del expresidente brasileño Lula da Silva, para ser interrogado en el marco del escándalo de corrupción 'Lava Jato', ha dividido a la población brasileña, entre aquellos que defienden al que fue considerado como 'el presidente de la clase obrera' y aquellos que claman contra la impunidad política.

   Desde marzo de 2014, el gigante iberoamericano ha visto como iba cayendo una gran parte de su clase política en el que se ha considerado como el mayor entramado de lavado de dinero que ha vivido el país.

   El esquema de corrupción en el que podría estar implicado Lula dejó un agujero de, al menos, 10.000 millones de reales (unos 3.000 millones de euros) en la estatal brasileña Petrobras, dañando el nombre de Brasil entre los inversores extranjeros.

   Durante la mañana del viernes, el expresidente, de 70 años de edad, tuvo que declarar, como parte de la etapa número 24 de la Operación 'Lava Jato', para ser, más tarde, puesto en libertad.

   La detención de Lula despertó rápidamente las reacciones en el país, con movilizaciones a favor y en contra del político, que dejaron tres detenidos y a una persona herida.

   Desde que comenzaran las investigaciones contra Lula, que según la Fiscalía podría ser uno de los "principales beneficiarios" de la trama Petrobras, la vida política y pública brasileña ha procedido a tomar partido.

   Sin embargo, este hecho, no impidió al expresidente ofrecer su candidatura al Partido de los Trabajadores (PT) para las elecciones de 2018, en el caso de que "fuera necesario".

   Lula, de origen humilde --comenzó trabajando cuando solo era un niño como limpiabotas-- se convirtió en un héroe para millones de brasileños y una figura del cambio político que estaba atravesando Iberoamérica.

   Sin embargo, todo esto quedó ensombrecido cuando la Fiscalía brasileña señaló que durante el Gobierno de Lula --que se prolongó entre el año 2003 y 2011-- se supervisó una enorme trama de sobornos en Petrobras, con el objetivo de financiar campañas para mantener al PT en el poder.

   Por el momento, Lula no ha sido acusado formalmente, según explica la agencia de noticias Reuters y los detractores de la implicación del expresidente, como el líder del PT en la cámara, Alfonso Florence, califican de "ilegal" la investigación.

   La operación podría salpicar también a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que según el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado, Delcídio Amaral, conocía las actuaciones que se estaban llevando a cabo en Petrobras.

MOVILIZACIONES ESTE SÁBADO

   Durante la mañana de este sábado, movimientos sociales y políticos han vuelto a tomar las calles cercanas a la residencia de Lula, en São Paolo, en contra de la detención e interrogatorio del expresidente, tal y como ha destacado 'Telesur'.

   Los simpatizantes del PT argumentan que lo ocurrido este viernes forma parte de una campaña de "desprestigio" contra el mandatario, que pretende llegar también a su sucesora.

   Algunos militantes del PT han pasado la noche a modo de vigilia frente a la casa de lula, a la espera de que llegan más simpatizantes durante esta jornada.

   Los detractores del político podrían organizar movilizaciones también este sábado, aunque, por el momento, no se ha confirmado ninguna manifestación.