Actualizado 28/07/2009 01:46

Luna miel entre Chávez y Obama podría haber terminado

Por Raymond Colitt

CARACAS (Reuters/EP) - Cuando el líder socialista venezolano Hugo Chávez le dijo en abril al presidente Barack Obama que quería ser su amigo, pareció una buena oportunidad de reducir su fiera retórica anti estadounidense.

Pero, las relaciones han vuelto a tensarse y el presidente venezolano está de nuevo a la ofensiva.

Chávez primero acusó a Washington de respaldar el golpe en Honduras contra su aliado Manuel Zelaya y luego reaccionó duramente a un reporte del Congreso estadounidense en el que se achacaba a la corrupción de su Gobierno el incremento en el tráfico de cocaína a través del país.

Pero el mandatario venezolano se mostró especialmente irritado cuando Colombia dijo que planeaba incrementar la cooperación con Estados Unidos para la lucha antinarcóticos permitiendo a militares del país norteamericano utilizar bases colombianas.

Chávez cree que estos tres eventos muestran que la hostilidad de Washington hacia Caracas se mantiene con Obama y que la cooperación militar adicional con el Gobierno conservador de Colombia es una amenaza para Venezuela y sus vecinos en la región andina.

"Obama se está desfigurando, la máscara se le está derritiendo", dijo Chávez el sábado durante una intervención ante la Asamblea Nacional. "El imperio todavía está vivo y coleando", agregó.

Pocos días después del anuncio de Colombia, Chávez, que lleva una década en el poder, dijo que compraría más tanques rusos y fortalecería la fuerza aérea y naval.

Sin embargo, las relaciones todavía no han caído a los mínimos vistos durante el Gobierno de George W. Bush y analistas creen que la recuperada retórica anti estadounidense no implica que considere cortar el vital suministro petrolero a Estados Unidos ni tomar otras medidas drásticas.

"Necesitamos prestar menos atención a lo que dice y más a lo que hace", dijo Orlando Pérez, profesor de ciencias políticas en la Universidad Central de Michigan, especializado en relaciones Estados Unidos-Latinoamérica.

Obama ha prometido una nueva etapa de relaciones con la región, incrementando las esperanzas de la que las viejas tensiones con el bloque de presidentes izquierdistas liderados por Chávez se suavizaran.

Venezuela y Estados Unidos restauraron recientemente sus relaciones diplomáticas, mientras otros gobiernos izquierdistas como Cuba y Ecuador rebajaron sus duras críticas contra las políticas de Washington.

UNA OPORTUNIDAD PERDIDA

Pero, nuevas disputas con Venezuela podrían llevar a un aumento en el gasto armamentista en la región y dificultar la cooperación en la lucha antidroga.

"Existe un riesgo de perder una oportunidad", dijo Dan Hellinger, profesor de ciencias políticas en Webster University, quien ha escrito ampliamente sobre Venezuela.

El Gobierno venezolano expresó indignación por un reporte de una comisión del Congreso estadounidense en el que se decía que se muestra "permisivo" con el tráfico de drogas.

"Este informe tiene como objetivo deslegitimar y criminalizar al Gobierno venezolano, en particular en un momento donde regresaron los embajadores para retomar las discusiones en un tono de respeto", dijo Bernardo Alvarez, embajador de Venezuela en Washington.

El renovado conflicto de Chávez con Estados Unidos y Colombia podría ser un intento de aglutinar a sus seguidores en momentos en que los menores ingresos petroleros han puesto freno a la economía, las finanzas del Gobierno y su nivel de aprobación.

La popularidad del militar retirado cayó desde un 64 por ciento en febrero a un 50-54 por ciento el mes pasado, según la firma Datanálisis.

Chávez está preocupado porque su apoyo en la Asamblea Nacional después de las elecciones del próximo año pueda caer por debajo de los dos tercios, una mayoría que le permite aprobar fácilmente legislación clave para su proyecto socialista.

Además, algunos analistas creen que el Gobierno de Obama podría cometer un error si incrementa sus tropas en Colombia tras perder una base militar en Ecuador, ya que el movimiento podría ser visto como una amenaza por varios países al equilibrio de poderes en la región.

"Es falta de sensibilidad", dijo Hellinger. "Estados Unidos realmente no tiene desplegado todavía un equipo para su política exterior en América Latina y ése es el problema cuando estás preocupado por Pakistán, Irán y Afganistán", agregó.

Senadores republicanos en desacuerdo con la política estadounidense sobre Honduras retrasaron la semana pasada una votación de confirmación para el nominado de Obama para ocupar el principal puesto diplomático para la región, Arturo Valenzuela.

(Traducido por Enrique Andrés Pretel, editado por Silene Ramírez)