Actualizado 14/06/2009 21:05

Luxemburgo busca convertir reglas financieras en ventaja

Por Lisa Jucca

LUXEMBURGO (Reuters/EP) - En Clausen, una moderna zona cerca del característico desfiladero de la Ciudad de Luxemburgo, los profesionales que fuman cigarros y beben vino a mitad de semana en un sushi bar parecen ajenos a la amenaza para su economía.

Pero en los altísimos edificios de acero y vidrio desperdigados por la capital europea de los fondos de inversión, la inestabilidad mercantil y sus consecuencias para el pequeño ducado sin salida al mar son un tema recurrente de conversación.

Luxemburgo, donde el sector financiero representa el 45 por ciento de su economía, se enfrenta a dos problemas: su tradición de secreto bancario está desplomándose y las repercusiones del fraude de Bernard Madoff han ensombrecido su exitosa industria financiera.

"Tenemos que aceptar que nuestra reputación ha sido manchada por poco por Madoff, incluso aunque sea un incidente aislado", dijo John Li, presidente de la Junta Supervisora de la consultora KPMG Luxembourg.

Los procedimientos libres de objeciones para el registro de fondos en Luxemburgo, la estable escena política y la fuerza de trabajo la han ayudado a convertirse en el principal centro financiero de Europa, seguido por Francia. En el pináculo de su crecimiento, en el 2007, sus fondos administraban bienes por 2 billones de euros (2,7 billones de dólares).

La cifra cayó un cuarto después de que la tormenta financiera golpeara en el 2008. El fraude de Madoff empeoró las cosas: los inversores perdieron 1.700 millones de dólares con Madoff en Luxemburgo, principalmente mediante el fondo mutual Luxalpha.

Sumado a una campaña contra los herméticos paraísos fiscales liderada por Estados Unidos y Alemania, el impacto sobre el sistema financiero podría consistir en una mayor regulación: los luxemburgueses e inversores extranjeros temen que eso ponga en riesgo su capacidad de promocionar sus fondos en el extranjero.

"El gran reto para Luxemburgo es seguir siendo un centro financiero seguro pero flexible incluso después de la crisis", dijo Laurent Muller de 29 años, quien junto a su hermano dirige el negocio familiar de asesoría impositiva corporativa Paddock.

"El exceso de regulación no es lo que estamos buscando en este momento", agregó.

Sally Wong, directora ejecutiva de la Asociación de Fondos de Inversión de Hong Kong, dijo a los gerentes financieros en una conferencia a principios de año que los interrogantes sobre Madoff y Luxemburgo habían alcanzado el nivel de junta entre sus clientes.

"Un miembro de la junta me preguntó el otro día cuál era el impacto de Madoff sobre Luxemburgo, qué está pasando allí", añadió.

FINANCIERO POR DEFINICION

Además de la relativamente accesible gasolina y porcelana Villeroy & Boch, Luxemburgo está definido por las finanzas: la publicidad de bancos recubren incluso los volantes repartidos por la oficina de turismo.

Enclavado entre Bélgica, Alemania y Francia, esta nación cuyos 490.000 habitantes hablan normalmente cuatro idiomas impresionó a sus rivales con su capacidad de evolucionar de un centro profundamente dependiente del acero para llegar a convertirse en un sofisticado polo financiero.

ArcelorMittal, con sus oficinas centrales en Luxemburgo, es todavía el mayor fabricante de acero del mundo. Esta industria construida sobre la veta de mineral ferroso del Gran Ducado ahora sólo representa 11 por ciento de la economía del país.

Fundado en torno a una fortaleza de 1.000 años de antigüedad, Luxemburgo atrajo capitales por primera vez para la independencia del Congo en la década de 1960, cuando los ricos belgas trasladaron sus riquezas desde la ex colonia, según los banqueros.

Otras oleadas coincidieron con el ascenso de la izquierda en Francia y el comienzo de las retenciones impositivas de Alemania en la década de 1980.

Luxemburgo se convirtió en el tercer país más rico del mundo en producción per capita al subirse al tren de los fondos, cuando los productos financieros levantaron vuelo en la década de 1980.

Ahora administra una riqueza extranjera estimada en 1 billón de dólares o 14 por ciento de la riqueza acumulada en el extranjero a nivel global, lo que lo convierte en el tercer mayor paraíso fiscal del mundo, con más de 70.000 personas trabajando en sus bancos.

A diferencia del líder en materia de paraísos fiscales, Suiza, que administra aproximadamente 2 billones de dólares y está apuntado a los ultra ricos, los bancos de Luxemburgo principalmente atienden a franceses y alemanes de clase media.

ATAQUE FRANCES

Estados Unidos fue el epicentro del escándalo de Madoff, pero la situación de Luxemburgo se complicó en enero con una ofensiva diplomática lanzada por su rival en materia de fondos, Francia.

Los fondos franceses administraron bienes por 1,3 billones de euros en el 2007, según la asociación europea de la industria financiera EFAMA. Francia es, según los abogados, hogar de muchos de los ricos inversores que han perdido dinero en el esquema Ponzi de Madoff.

La ministra francesa Christine Lagarde pidió a la Unión Europea que revisara las reglas que gobiernan los fondos comunes a la luz del escándalo de Madoff, en lo que fue considerado ampliamente como un ataque contra el modo en que Luxemburgo las había aplicado.

Luxemburgo rechazó enfáticamente las críticas y Peter De Proft, director de EFAMA, dijo que de los 35.000 fondos disponibles para el público común, sólo cuatro se habían visto afectados por Madoff, en el único fraude significativo que golpea a la industria del país en 20 años.

Mientras lucha por restaurar su reputación en lo relativo a Madoff, Luxemburgo está bajo presión de las naciones occidentales para que permita a las autoridades impositivas extranjeras acceder a las reservas libres de impuestos, ocultas bajo el bastión del secreto bancario en todo el mundo.

El Ducado, junto a otros paraísos fiscales, decidió en marzo flexibilizar sus estrictas reglas en materia de secreto, permitiendo a los bancos entregar a las autoridades extranjeras ciertos datos de clientes relacionados con impuestos para que den con fraudes tributarios.

Pero el apoyo local al secreto bancario sigue siendo fuerte.

"No es responsabilidad de los bancos encargarse del control", dijo Li de KPMG.

Pero a medida que más segmentos financieros se ven atrapados en la red regulatoria, Luxemburgo espera que su estatus en la UE y su experiencia le ayuden a superar a los paraísos fiscales ubicados en islas que sólo dependen de dinero libre de impuestos y turbios fondos de cobertura.

"Si hay una lección por aprender de la crisis financiera es que las regulaciones buenas y seguras tienen un enorme valor", dijo Claude Kremer, presidente de la asociación de fondos de Luxemburgo.

"Eso exóticos centros que están ofreciendo fondos desregulados necesariamente atravesarán un viraje de su actividad a favor de los centros (más) regulados. Y allí Luxemburgo puede desempeñar un papel importante", añadió.