Actualizado 14/06/2009 02:44

Médica disidente viaja a B.Aires; no guarda "rencor"

LA HABANA (Reuters/EP) - La médica disidente cubana Hilda Molina dijo el sábado que no guardaba "rencor" al Gobierno por haberle congelado durante 15 años la salida del país para reunirse con su familia en Argentina, cerrando un caso que tensó en el pasado las relaciones entre La Habana y Buenos Aires.

Molina, de 66 años, viajó el sábado en la tarde a Buenos Aires, vía Panamá, constató Reuters en el aeropuerto de La Habana.

Poco antes de viajar, la médica dijo que el Gobierno del presidente Raúl Castro ha dado "un paso" al concederle el permiso de viaje para reencontrarse con su hijo, su madre enferma y conocer a sus dos nietos.

"Como quiera que sea han dado un paso y lo entiendo mejor en el general Raúl (Castro) porque se que quiere a su familia, y quien quiere a su familia, entiende que los demás también la queremos", dijo en el aeropuerto de La Habana poco antes de tomar el avión.

La neurocirujana dijo que reiteró la solicitud de salida del país hace dos semanas en una carta al mandatario cubano para que le permitiera ver a sus familiares en Argentina, donde ha empeorado la salud de su madre Hilda Morejón, de 90 años.

Molina, que vestía chaqueta roja y blusa blanca, partió a Buenos Aires, una década y media después de pelearse con el ex presidente Fidel Castro y criticar el sistema de salud en la isla, según declaró.

"Yo no tengo ningún problema con ellos (Fidel, Raúl); yo no

estoy de acuerdo con su Gobierno, pero (...) ni les tengo una gota de rencor. Tengo mucha tristeza", afirmó a periodistas.

En la terminal aérea, la científica estuvo muy cerca de Dagoberto Valdés, ex director de la revista Vitral, del Obispado de Pinar del Río, en la parte occidental de la isla, quien era uno de sus acompañantes en la despedida.

"Ojalá que mi mamá mejorara para venir las dos juntas. Pienso durante un tiempo ser abuela, ser madre", dijo a una pregunta sobre si regresará a la isla tras visitar a familiares.

En el 2005, el caso de la médica cubana desató un conflicto diplomático entre ambos países.

Ahora, el Gobierno le concedió un permiso de salida que tiene validez por tres meses, aunque podría prorrogarlo según cómo marche la delicada salud de su madre.

Molina fue directora del estatal Centro Internacional de Restauración Neurológica de La Habana, una de las instituciones del sistema de salud pública cubano.

Según explicó, su ruptura con Castro se debió a su oposición a las investigaciones con células madre y a sus críticas de que el centro estaba convirtiéndose en una clínica para extranjeros.

"Siempre le agradezco a todo el que ayuda en algo a mi familia, aunque la hayan hecho sufrir durante 15 años", afirmó la neurocirujana.