Actualizado 24/07/2009 20:15

Mercosur agudiza presión Gobierno de facto Honduras

Por Nicolás Misculin y Daniela Desantis

LUQUE, Paraguay (Reuters/EP) - Los presidentes del Mercosur agudizaron el viernes la presión externa para que el depuesto mandatario de Honduras sea reinstaurado en el poder sin condiciones, tras discrepar sobre el tono de la condena y sanciones al Gobierno de facto.

Los mandatarios coincidieron en el contundente rechazo al golpe de Estado que en junio sumió a Honduras en su peor crisis política en dos décadas, pero algunas delegaciones discreparon sobre la mediación diplomática y exigieron duras sanciones contra quienes dirigieron el derrocamiento de Manuel Zelaya.

Funcionarios de alto rango del bloque sudamericano no lograron el jueves poner a punto la declaración sobre Honduras tras una acalorada discusión acerca de la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y de las sanciones.

El viernes, en el inicio del encuentro semestral del grupo, que se reunió en las afueras de Asunción, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pidió a sus colegas un pronunciamiento enérgico sobre los acontecimientos ocurridos en el país centroamericano.

"Creo que deberíamos hoy tener un pronunciamiento muy claro y contundente", dijo Fernández en relación a Zelaya, quien intenta retornar a su país.

Más tarde, la mandataria propuso aprobar un proyecto para no reconocer los actos unilaterales de los golpistas, inclusive el llamado a las elecciones previstas para noviembre.

Su posición recibió el apoyo de la delegación de Venezuela, que, pese a la ausencia del presidente Hugo Chávez y a que aún tramita su adhesión al Mercosur, se hizo sentir y pidió condenas más fuertes para los golpistas.

"Debemos dar señales de acción concreta, como la suspensión del ingreso de los golpistas a nuestros países", dijo la coordinadora de la Comisión Presidencial del Mercosur de Venezuela, Isabel Delgado.

A pesar de las revisiones pedidas al contenido de la declaración final, todos los mandatarios coincidieron en la condena al primer golpe de Estado en la región en cerca de dos décadas.

"Se trata de un retroceso que nuestra región no puede tolerar y no podemos transigir", dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en el encuentro celebrado en la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, consideró que el origen del golpe de Estado en Honduras fue la presencia militar estadounidense.

"Si el presidente (Barack) Obama quiere que vuelva Zelaya, por qué no presta la pista de ese Comando Sur que está en Honduras (...) el imperio está tras el golpe", señaló.

La cumbre congregó a los mandatarios de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay -miembros plenos del Mercosur- y de las naciones asociadas, Chile y Bolivia.

"DIFICULTADES"

Los presidentes llegaron al encuentro luego de que los ministros de la región acordaran el jueves ampliar a todo el bloque el uso de las monedas locales para las transacciones comerciales.

Sin embargo, las diferencias comerciales quedaron nuevamente en evidencia al fracasar el diálogo para eliminar trabas aduaneras entre los países del bloque.

Los desacuerdos, entre los que se destaca la falta de consenso para eliminar el doble cobro del Arancel Externo Común, fueron el saldo de las reuniones previas.

La falta de medidas conjuntas para combatir la crisis económica internacional generó críticas entre los mandatarios que, sin embargo, manifestaron la necesidad de afianzar el Mercosur.

"El proceso de integración aún enfrenta dificultades, pero los críticos deben reconocer que fue gracias al comercio intra Mercosur que conseguimos mantener los niveles de producción", dijo el presidente brasileño.

Lula tiene previsto reunirse con Fernández tras el reclamo de los industriales brasileños por la adopción por parte de Argentina de licencias no automáticas en sus importaciones.

Por otra parte, la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur presentó un proyecto para que todos los países puedan producir juntos la vacuna contra la gripe H1N1, que se expandió con rapidez en el cono sur sudamericano.

La presidenta argentina pidió una suspensión de las patentes internacionales del antiviral usado para combatir la gripe, para que pueda producirse en laboratorios de la región.