Actualizado 11/10/2015 12:31

El militar que presidió la audiencia de Bergdahl recomienda que no se le envíe a prisión

SAN ANTONIO, 11 Oct. (Reuters/EP) -

   El responsable del Ejército estadounidense que ha dirigido la audiencia en el caso del sargento Bowe Bergdahl, el teniente coronel Mark Visger, ha recomendado no enviar a una prisión militar al soldado, que pasó cinco años secuestrado por los talibán en Afganistán.

   En un memorando publicado esta semana, Visger, que presidió la denominada 'Audiencia del Artículo 32' el pasado mes de septiembre en San Antonio, también ha recomendado que el caso de Bergdahl se traslade al equivalente militar de un tribunal para delitos menores, según han informado los abogados del soldado.

   En la audiencia, que duró dos días, los fiscales militares aseguraron que Bergdahl había tenido intención de desertar de su puesto, y afirmaron que sus acciones habían alterado de forma fundamental las operaciones de Estados Unidos en Afganistán, por lo que pidieron que se responsabilizara de sus actos.

   El soldado Bergdahl, de 29 años, fue acusado a comienzos de año de deserción y mal comportamiento ante el enemigo. Ahora se enfrenta a una pena de cadena perpetua si es declarado culpable de los delitos de mal comportamiento más graves.

   El general mayor Kenneth Dahl, que dirigió la investigación sobre la desaparición y captura de Bergdahl, se ha unido a la postura de no considerar al sargento como un simpatizante de los talibán por lo que, en sus palabras, el soldado no debería ir a prisión. La decisión final la tomará el Comando General de las Fuerzas Armadas en Fort Bragg, Carolina del Norte.

   Dahl caracterizó a Bergdahl como un soldado exageradamente idealista que abandonó su puesto para informar de las preocupaciones sobre el liderazgo de su unidad a un general que estaba en otra base. Asimismo, añadió que ninguno de los soldados que fueron enviados para buscar a Bergdahl falleció durante la búsqueda.

   Bergdahl desapareció el 30 de junio de 2009 del puesto avanzando de Mest-Lalak, en la provincia afgana de Paktika, y fue capturado posteriormente por los talibán. Tanto sus armas como el resto de su material estaban en su catre cuando desapareció, según explicaron los testigos durante el primer día de la audiencia.

   Fue liberado cinco años después en un intercambio de prisioneros, a cambio de cinco líderes talibán detenidos en la base de Guantánamo que fueron trasladados a Catar.