LISBOA (Reuters/EP) - El ministro de economía de Portugal, Manuel Pinho, presentó su renuncia el jueves, después de hacer un gesto ofensivo a un miembro de la oposición durante el debate del estado de la nación.
En medio de la discusión, Pinho puso sus dos dedos índices sobre su cabeza, un gesto que representaba dos cuernos y que en Portugal significa llamar a alguien "cornudo", mientras miraba al líder del grupo parlamentario del Partido Comunista, Bernandino Soares.
Soares dijo que emitió un comentario sobre el manejo de Pinho de los problemas en la mina Aljustrel en el sur de Portugal, pero añadió que su comentario no merecía ese tipo de reacción.
El primer ministro portugués, Jose Socrates, dijo al respecto: "Nada justifica estos gestos y no son admisibles. Esto no debería haber sucedido. El ministro está consciente de cuánto afecta esto a la imagen del Gobierno. Así que durante el debate, él me comunicó su deseo de renunciar y yo lo acepté".
El mandatario añadió que había solicitado al ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, que añadiera la cartera de Economía a la suya hasta las elecciones generales del 27 de septiembre.
El partido socialista de Socrates fue derrotado en las elecciones europeas de junio, en las que resultara ganador el partido Socialdemócrata de centro derecha y que dejaron abierta la carrera para las elecciones generales, las que hasta entonces los socialistas confiaban en ganar.
El Gobierno ha enfrentado fuertes críticas en distintos frentes, incluyendo sus reformas sobre el sector público y su manejo de la crisis económica, que se espera cause una caída del 3 por ciento en el PIB del país para este año en medio del alza del desempleo.
Socrates restó importancia a la renuncia de Pinho y dijo que no era un golpe fatal a su Gobierno.
"Esto fue tan sólo un episodio. Uno que no debería haber ocurrido y que afecta la imagen del Gobierno, pero que ahora ha sido corregido de este modo (con la renuncia de Pinho)", indicó.
Los partidos de oposición atacaron al Gobierno por el incidente y el líder socialdemócrata Paulo Rangel dijo que éste mostraba que el Gobierno "había perdido su dirección, es totalmente incapaz de manejar la crisis y se ha desgastado".