Actualizado 13/04/2010 17:52

Moncayo no mencionó a Uribe en su discurso de agradecimiento tras ser liberado por no parecer "hipócrita"

Liberación del cabo Pablo Emilio Moncayo
Reuters


BOGOTÁ, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

El sargento Pablo Emilio Moncayo, que estuvo secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante más de doce años hasta su liberación el mes pasado, afirmó este lunes que no mencionó en su primer discurso de agradecimiento tras el fin de su cautiverio al presidente colombiano, Álvaro Uribe, porque habría resultado "hipócrita".

Moncayo, que sí mencionó en esta declaración al presidente de Ecuador, Rafael Correa o al de Venezuela, Hugo Chávez, fuertemente enfrentados con Uribe, dijo que no citó a éste último por la dureza de su contestación en un mensaje que difundió cuando aún estaba secuestrado.

"Me parece muy hipócrita saludar al Presidente después de semejante vídeo. Yo sabía que eso era muy fuerte y no era conveniente salir a agradecerle cuando me había expresado en esa forma", precisó el militar en declaraciones a Caracol Radio.

Tras su polémico discurso inicial, Moncayo recibió críticas por no haber mencionado a Uribe y sí a Correa y Chávez, sobre los que existen sospechas de connivencia e incluso de colaboración activa con la guerrilla. Tras esta primera declaración de Moncayo, en que evitó criticar abiertamente a las FARC, desde algunos sectores se llegó a afirmar que el soldado padecía el llamado 'síndrome de Estocolmo' con respecto a sus captores.

Moncayo reveló además que durante su cautiverio hubo de andar siete meses con muletas debido a que los guerrilleros de las FARC le causaron daños en las piernas al atarle de los tobillos con cadenas para que no escapara.

LAS FARC INTENTARON MATAR TRES VECES A CALVO, PERO EL ARMA NO FUNCIONÓ

Por su parte, el soldado Josué Daniel Calvo, que estuvo secuestrado más de un año en poder de las FARC y fue liberado también en marzo, reveló que la guerrilla intentó asesinarle hasta en tres ocasiones, pero que en todas ellas el arma con que iba a ser ejecutado no funcionó.

Calvo afirmó que el día de su secuestro le pusieron una pistola en el pecho y apretaron el gatillo en dos ocasiones, pero esta funcionó, y que luego intentaron asesinarle con un fusil, pero que este tampoco abrió fuego.

"Todo el tiempo me tenían amenazado de muerte, y (..) si había un operativo de rescate me mataban", afirmó el militar, que agregó que, al contrario que Moncayo, que durante sus largos meses de cautiverio sí que tuvo contacto con otros secuestrados, él no vio a ninguno, informan medios locales.

Tanto Calvo como Moncayo han asegurado que se reincorporarán al Ejército una vez que concluyan sus procesos de recuperación física y psicológica a que se están sometiendo.