Actualizado 19/04/2015 19:15

Nicolás Maduro, dos años convulsos al frente de Venezuela

Nicolás Maduro
Foto: CARLOS GARCIA RAWLINS / REUTERS

CARACAS, 19 Abr. (Notimérica) -

   Este domingo, 19 de abril, se cumplen dos años de la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia venezolana. Maduro, que actualmente vive en una grave crisis social y económica en su país, se enfrenta además ante una crisis de su popularidad, tras caer a mínimos históricos.

   El país caribeño sufre actualmente la mayor inflación del planeta, una crisis de escasez y desabastecimiento que genera colas eternas ante los supermercados. Además, durante estos dos años, Maduro no ha logrado reducir la violencia en sus calles, haciendo de Veenzuela una de las sociedades más violentas del mundo.

   Cuando el heredero del fallecido Hugo Chávez subió al poder el 19 de abril de 2013, la inflación anual era del 20,1 por ciento, la escasez de productos básicos se situaba en un 20 por ciento y la pobreza se ubicaba en el 25,1 por ciento. Dos años más tarde, la inflación anual subió hasta el 68,5 por ciento, la escasez de productos básicos es algo habitual y la pobreza alcanza al 32,1 por ciento de los venezolanos.

   El gobierno 'chavista' de Maduro culpa de esta situación a los opositores de su régimen, que cuenta con apoyos extranjeros, tal y como asegura el líder venezolano, que reacciona ante esto con el encarcelamiento de todo aquel que esté contrario a su régimen, como los casos del dirigente Leopoldo López --en prisión desde febrero de 2014 por liderar las protestas contra Maduro-- y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.

   El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) ha indicado que durante 2014 se llevaron a cabo 9.286 protestas en todo el país, los que equivale a 26 diarias, en lo que el organismo considera como "un aumento de la protesta pacífica" en el país sudamericano.

   De acuerdo con las conclusiones del informe 'Conflictividad Social en Venezuela', el año pasado se estableció "un récord histórico" en la historia contemporánea venezolana y añade que el 52 por ciento de esas movilizaciones fueron para manifestar el rechazo ciudadano contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

   Además, las malas relaciones con países como Estados Unidos, Colombia o España no han cesado. La crisis bilateral con Estados Unidos comenzó en diciembre, cuando Obama aprobó una ley para sancionar a los funcionarios venezolanos responsables de violaciones de los Derechos Humanos. Desde entonces, ha impuesto medidas punitivas contra algunos de ellos.

   El Gobierno de Maduro rechazó esta decisión de Estados Unidos, denunciando que se trataba de una "injerencia en los asuntos internos" de Venezuela que incluso tendría como objetivo una intervención militar en el país caribeño.

   Ante esto, Maduro decidió comenzar a recoger firmas para denunciar las sanciones que Estados Unidos impuso a funcionarios venezolanos, supuestamente implicados en violaciones de los Derechos Humanos.

   El objetivo del Palacio de Miraflores era conseguir diez millones de firmas para que Maduro pudiera entregárselas personalmente a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en la Cumbre de las Américas, celebrada entre el 10 y el 11 de abril en Panamá.

   Ambos mantuvieron un breve encuentro, de unos diez minutos según el mandatario venezolano, en el que abordaron la situación de sus relaciones bilaterales.

   "Ha sido un encuentro serio, franco, nos dijimos las verdades. Fue incluso cordial", ha valorado Maduro en declaraciones a TeleSur, en las que ha valorado de forma positiva la Cumbre, que ha definido como "la cumbre de la verdad".

   El gobernante venezolano indicó que tras la reunión, próximamente "pudiera abrirse la posibilidad de un proceso de conversaciones" entre Estados Unidos y Venezuela, con el objetivo de "explorar el camino de las relaciones de respeto".

   Lo último fueron las críticas a España. El presidente venezolano rechazó la decisión del Parlamento español de pedir la liberación "inmediata" de los presos políticos en Venezuela, como el dirigente Leopoldo López y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.

   Maduro consideró este llamado como una intromisión, y además calificó a Rajoy como un "rajao" y "racista".

   EL internacionalista Emilio Nouel precisó que la respuesta de Maduro fue "impropia" de un presidente, ya que se centró en insultar a España en lugar de responder de manera apropiada a las observaciones del parlamento de España.