Actualizado 12/03/2015 19:23

¿Por qué no avanza el proceso de paz con el ELN?

Guerrilleros del ELN
Foto: REUTERS

BOGOTÁ, 12 Mar. (Colprensa/Notimérica) -  

   Mientras que el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entró en su fase definitiva, según lo han manifestado sus protagonistas, la suerte del otro proceso que se espera se concrete no parece ser la misma: La negociación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

   Gobierno y ELN se encuentran en una fase exploratoria desde junio del año pasado, cuando se informó que delegados de ambos lados estarían estudiando la posibilidad de definir una agenda que les permita sentarse a la mesa.

   Pero el paso de los meses ha mostrado que esa fase no avanza, y si se comparara con lo que se vivió con las FARC, es mucho más el tiempo que se mantiene con esta guerrilla y eso acrecienta las dudas sobre la voluntad de las partes a acabar con el conflicto.

   Por ejemplo, en enero pasado cuando en Cartagena el presidente Juan Manuel Santos, en compañía de su grupo de asesores nacionales e internacionales de paz, aseguró que encuentra gestos de buena voluntad de las FARC en seguir adelante con la negociación y resaltó el cumplimiento parcial a la tregua, mientras que pidió al ELN una decisión rápida.

   Unos días después los máximos jefes del ELN, con Nicolás Rodríguez a la cabeza, expusieron los alcances de su último congreso nacional, en donde determinaron que tienen voluntad de sentarse a hablar con este gobierno, pero advirtieron que habían definido un plan B para seguir con su guerra, por lo menos, durante 10 años más.

   En lo militar, las acciones del ELN se han incrementado en los últimos meses, en especial en lo que va de 2015. Incluso las autoridades de Policía ya manejan la teoría de que esa insurgencia es la que ha protagonizado los actos terroristas en la capital del país y que ya suman seis que, sin haber dejado heridos, sí han reportado daños materiales.

   Además, los miembros del ELN han seguido son los secuestros. En Norte de Santander, hace menos de un mes retuvieron cerca de 10 personas que trabajaban en una petrolera, entre ellos a cuatro geólogos, liberados el martes pasado en Convención.

   El ELN también tuvo retenido casi tres meses al alcalde del Alto Baudó, Fredys Palacios, a quien liberaron el 1 de marzo.

   Esas situaciones han llevado a que el discurso del Gobierno se endurezca, se muestren incrédulos ante los diálogos de paz y hayan advertido las diferencias con las FARC.

   Este martes, el presidente colombiano fue muy claro en su intervención al advertir: "Y quiero dejar claro que la suspensión de bombardeos a campamentos de las FARC en nada afecta las operaciones contra del ELN. Esta organización -en lugar de entrar en sintonía con el desescalamiento y la búsqueda de la paz- ha continuado, y hasta incrementado sus actividades delictivas. Por esa razón, vamos a intensificar nuestras operaciones militares y de policía en su contra. Yo espero, de verdad, que al ELN no lo deje el tren de la paz".

   Sin embargo, desde la oposición y hasta el procurador Alejandro Ordóñez se asegura que el ELN y las FARC, van de la mano en sus acciones guerreristas. Ordóñez advirtió a Santos que cómo hará para diferenciar los campamentos en donde están tropas de ambos grupos para bombardearlos.

   El senador Álvaro Uribe en su cuenta de Twitter planteó otra teoría, que hay un pacto entre Gobierno y FARC para pretender mostrar que las acciones guerrilleras que se vienen presentando en el país son únicamente de autoría del ELN, sin importar que no hacen presencia en territorios como en el Tolima.

   Lo cierto es que mientras que la negociación con las FARC parece ir a ritmo de locomotora, con el ELN ese tren ni ha partido.