Actualizado 30/06/2009 22:19

ONU presiona a Honduras para que restituya a Zelaya

Por Enrique Andrés Pretel y Anahí Rama

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Las Naciones Unidas respaldaron el martes al depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que planea retornar el jueves al país centroamericano, donde militares vigilaban el aeropuerto y se realizaba una protesta en su contra.

Zelaya habló el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que aprobó una resolución para que sus 192 miembros no reconozcan a otro gobierno en Honduras que no sea el del derrocado mandatario.

La asamblea "decidió llamar firme y categóricamente a todos los estados a no reconocer otro gobierno que no sea el de Zelaya", dijo el texto de la resolución aprobada por consenso.

Estados Unidos, la Unión Europea y países latinoamericanos han cerrado filas en torno a Zelaya -un cercano aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez- luego de que fuera depuesto el domingo por militares y llevado por la fuerza a Costa Rica.

Incluso Zelaya podría entrevistarse con el mandatario estadounidense, Barack Obama, esta semana en Washington, dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.

Zelaya planea retornar a Tegucigalpa el jueves acompañado por el presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, pese a que el Gobierno interino ha librado órdenes de arresto en su contra.

"Su servidor tiene varias acusaciones en Honduras, pero nadie me ha hecho un juicio, nadie me ha convocado a un tribunal a defenderme, nadie ha dicho cuál es el delito", dijo Zelaya en un discurso ante la asamblea de la ONU.

La comitiva que acompañará a Zelaya a su país también estará integrada por la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y "posiblemente por otros presidentes de la región", dijo el martes una fuente de la cancillería argentina.

El secretario particular de Zelaya, Eduardo Reina, dijo a Reuters que la idea es que el mandatario llegue acompañado por un cuerpo de paz garantizado por la OEA, que sesionará en la tarde del martes para también aprobar una resolución.

"Tendrá que venir una fuerza de paz para protegerlo, algún tipo de mecanismo. Sabemos que lo están estudiando los países de la OEA. Si no, correría peligro su vida", dijo en entrevista telefónica Reina, quien está oculto en algún lugar del país al igual que otros miembros del gabinete.

En el aeropuerto internacional de Toncontín se había reforzado la vigilancia con militares y policías mientras que en el centro de la ciudad, manifestantes contrarios a Zelaya llenaron una plaza pública.

"No nos ha gustado todo lo que ha pasado, pero no nos dio alternativa. Yo creo que 80 por ciento o la mayoría de la población está satisfecho con lo que pasó", dijo en la protesta Adela Guevara, empleada de un hotel.

POLEMICA REELECCION

La crisis política estalló el jueves pasado, cuando Zelaya destituyó al jefe de las fuerzas armadas por negarse a trasladar las urnas para una consulta popular que el mandatario quería realizar con el fin de abrir el camino a su reelección a través de un referendo en las elecciones de noviembre.

"Democracia sí, continuismo no", decía un cartel en la protesta contra Zelaya, a quien muchos le reclaman querer perpetuarse en el poder para emular a Chávez.

El lunes, cientos de manifestantes a favor de Zelaya se enfrentaron a militares y policías, que les arrojaron gases lacrimógenos frente a la sede de la presidencia. Pero el martes, los alrededores del edificio permanecían en calma, aunque con fuerte vigilancia policial y militar.

"La ley no le permite venir a intervenir en los asuntos soberanos de Honduras, entonces él (Insulza) va a pasar y el presidente Zelaya (como mandatario) no va a pasar", advirtió el martes el canciller interino, Enrique Ortez, a un canal local de televisión.

Tegucigalpa registraba calma en las primeras horas del martes tras la segunda noche de toque de queda.

En medio de la creciente presión internacional contra el gobierno interino, el Banco Mundial decidió interrumpir los préstamos en estudio para Honduras, vitales para la nación de 7 millones de habitantes, la más pobre de América después de Haití y Nicaragua.

Hasta ahora, ningún gobierno ni institución internacional ha reconocido al presidente interino Roberto Micheletti, designado el domingo por el Congreso con el apoyo unánime de los diputados, incluyendo el Partido Liberal de Zelaya.

El bloque de países izquierdistas ALBA liderado por Chávez retiró el lunes a sus embajadores en Honduras y las naciones centroamericanas cerraron el comercio terrestre en señal de protesta por el golpe. Además, el mandatario venezolano aseguró que no enviará más petróleo a los "usurpadores".

Micheletti ignoró el cerco internacional y nombró el lunes un gobierno interino de transición, con el que planea conducir al empobrecido país hasta enero, cuando terminaba el mandato de cuatro años de Zelaya.

El presidente Barack Obama reiteró que Estados Unidos sólo reconocerá a Zelaya como presidente, asegurando que si se mantiene la situación sentaría un "terrible precedente"; mientras que el canciller español, Miguel Angel Moratinos, dijo que la Unión Europea también podría retirar a sus embajadores del país centroamericano.

"Tiene que darse algún tipo de negociación", dijo Shannon O'Neil, del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.

"Para la comunidad internacional, la solución más aceptable sería que Zelaya regrese y termine los meses que le quedan de mandato", agregó la experta en asuntos Latinoamericanos.