Actualizado 25/06/2009 12:30

Oposición iraní promete seguir desafiando resultados elecciones

Por Parisa Hafezi y Fredrik Dahl

TEHERAN (Reuters/EP) - Los líderes reformistas de la oposición iraní prometieron denunciar con procesos legales unas elecciones generales que consideran amañadas, pese a que el jueves el Gobierno de línea dura parecía haber aplastado en gran parte las protestas callejeras masivas.

Los disturbios han expuesto diferencias sin precedentes entre el clero iraní y el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, que suele mantenerse por encima de las disputas políticas pero en esta ocasión se alineó claramente con el presidente marcadamente anti occidental Mahmoud Ahmadinejad.

Las protestas también han dejado en suspenso las conversaciones que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, espera entablar con Teherán sobre su programa nuclear, ya que el gobierno de Ahmadinejad culpa a Washington y Gran Bretaña de fomentar la violencia en las calles.

Las fuerte campaña represiva de las fuerzas de seguridad iraníes hicieron que Obama expresara con más fuerza su crítica a Irán, afirmando que estaba "consternado e indignado" por la violencia.

Khamenei ha declarado que se mantendrá el resultado de las elecciones del 12 de junio, que permitieron la reelección de Ahmadinejad, y afirmó que cualquier baño de sangre que se produzca será responsabilidad de los líderes de la oposición.

Unas 20 personas han muerto en las manifestaciones, pero la policía y los milicianos han tenido un amplio éxito esta semana recuperando el control de las calles, después de las protestas contra el Gobierno más extendidas desde la Revolución Islámica de 1979.

La policía antidisturbios dispersó el miércoles a unos 200 manifestantes con gases lacrimógenos, pero la protesta estuvo muy lejos de las marchas de la semana pasada, que atrajeron a decenas de miles de personas.

Los gritos de "Allahu Akbar" (Dios es grande) volvieron a oírse por la noche en las azoteas de la ciudad, aunque fueron mucho más breves que en otras noches.

Sin embargo, los líderes de la oposición, que parecen haber perdido el arma de las protestas públicas, siguen sin rendirse.

El clérigo reformista Mehdi Karoubi, que quedó últimos en los comicios, declaró que el nuevo Gobierno es "ilegítimo" y la esposa de Mirhossein Mousavi, candidato que dice haber ganado las elecciones, dijo que es un "deber continuar las protestas legales para preservar los derechos iraníes".

Muosavi tiene el apoyo del influyente ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani, un pragmático que apoya una política exterior con menos confrontación y que lidera un consejo de clérigos que, al menos en teoría, tiene el poder de deponer a Khamenei.

Los simpatizantes de Mousavi dijeron que el viernes soltarán miles de globos que llevarán impreso el mensaje "Neda, siempre estarás en nuestros corazones", en una referencia a la joven mujer muerta la semana pasada que se ha convertido en ícono de las protestas.

Mousavi dice que la elección debería ser anulada pero el principal cuerpo legislativo de Irán, el Consejo de Guardianes, ha descartado esa posibilidad.

Un portavoz dijo que el Consejo, cuerpo que debe aprobar el resultado, que había examinado las quejas presentadas pero no halló fraudes importantes o irregularidades, según reportó el jueves la estatal Press TV.

El portavoz expresó que la votación estuvo "entre las elecciones más sanas alguna vez celebradas en el país" desd la Revolución Islámica.

Press TV dijo que ocho de los muertos en los disturbios de los últimos días eran miembros de las milicias progubernamentales.

Por otra parte, Estados Unidos retiró las invitaciones a diplomáticos iraníes para que asistieran a los festejos del 4 de julio por el Día de la Independencia.

Es la primera vez desde que en 1980 Washington cortó lazos con Teherán en que diplomáticos iraníes habían sido invitados a las fiestas de embajadores, pero la decisión de retirar las invitaciones fue meramente simbólica pues ningún iraní había respondido hasta el momento.