Por Yereth Rosen
ANCHORAGE, EEUU (Reuters/EP) - Sarah Palin, la ex candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, dejará el domingo su cargo como gobernadora de Alaska con un futuro político opacado por acusaciones de violaciones éticas, altos pagos a abogados y una caída en su popularidad.
El 3 de junio Palin tomó la sorpresiva decisión de renunciar, aumentando los interrogantes sobre su próxima movida política y creando dudas sobre si planea ser candidata a la presidencia.
La política republicana citó una serie de razones para su renuncia: la carga de luchar contra casi dos decenas de acusaciones de violar códigos de ética -las que describió como "frívolas"-, su deseo de evitar ser percibida como una gobernadora con poca autoridad y "un mayor desafío", entre otras.
La entrega del cargo al vice gobernador de Alaska, Sean Parnell, se realizará en una reunión anual organizada por el gobierno local en Fairbanks, donde Palin pretende ofrecer un discurso de despedida y Parnell jurará en su nuevo puesto.
La reunión de este año en Fairbanks, usualmente un evento de bajo perfil, contará con la asistencia de un ejército de periodistas nacionales y camarógrafos.
La posibilidad de tener más tiempo para su familia o abordar los temas legales podrían haber llevado a Palin a renunciar, dijo Michael Josephson, un ex profesor de derecho en California que regularmemte asesora a legisladores en Alaska sobre temas de ética.
"El problema es que ella no ha sido coherente o clara como me gustaría que lo fuera", expresó Josephson.
Los problemas de Palin con las acusaciones de falta de ética han perjudicado su imagen. Un nuevo sondeo del Washington Post y ABC muestra que su nivel de popularidad alcanza el 40 por ciento, com un 53 por ciento que la evalúa desfavorablemente.
Su fondo oficial de defensa legal, formado para ayudarle a pagar más de 500.000 dólares en costos a abogados, es en sí mismo una violación a la ética porque ocupa su cargo en el Gobierno para beneficios financieros personales, según un reporte de un investigador privado contratado por el estado.
Aunque Palin tiene devotos seguidores que desean que sea candidata a la presidencia, la idea ha sido desestimada por expertos políticos.