MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

El nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, ha rechazado las críticas de los gobiernos de la región sobre un golpe de Estado que habría provocado la destitución del presidente Fernando Lugo.

"Acá no hay golpe. No hay quiebre institucional", ha afirmado Franco, quien se mostró confiado en lograr el reconocimiento de los países vecinos y se comprometió a entablar contacto con ellos "en su debido momento".

Franco ha reconocido que el primer encargo que ha solicitado a su nuevo canciller es que logre la aceptación de los gobiernos de los países de la región. En cualquier caso, ha destacado que Paraguay es "un país grande, independiente y libre y apeló a la comprensión de los países de la región.

En su primera rueda de prensa a medios internacionales, Franco ha admitido que su situación admitió que su situación "no es fácil" y que "hay inconvenientes con la comunidad internacional", pero defendió la legalidad del "juicio político" que supuso ayer la destitución de Fernando Lugo.

"Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permite para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable", ha insistido. "Vamos a organizar la casa. Vamos a tomar contacto con países vecinos en su debido momento y estoy seguro de que van a comprender la situación de Paraguay", ha añadido.

En cualquier caso, Franco ha explicado que no espera que los países sudamericanos impongan sanciones comerciales a Paraguay, aunque dijo que en caso de que esas sanciones se hagan realidad, los más afectados serían los empresarios brasileños. "No creo que el Brasil tenga que aplicar ninguna sanción comercial. Creo que los más afectados sin lugar a dudas van a ser los empresarios brasileños. Hay muchas inversiones de ciudadanos brasileños", ha indicado.

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