ASUNCION, 4 Sep. (Reuters/EP) -
El Senado paraguayo dio por superada el jueves una crisis que amenazaba su funcionamiento en medio de manifestaciones de apoyo al presidente Fernando Lugo, en una salida que complicó el futuro político del ex mandatario Nicanor Duarte.
El conflicto en la cámara Alta se desató tras el juramento de Duarte como senador activo, en una ceremonia que sus detractores rechazaron por nula e ilegal. Días después, Lugo acusó a Duarte y al general retirado Lino Oviedo de liderar un complot para derrocarlo.
La denuncia del presidente tres semanas después de asumir motivó la solidaridad de todos los países latinoamericanos y la convocatoria a una multitudinaria manifestación de apoyo de organizaciones sociales y campesinas, sindicatos y grupos estudiantiles.
Más de 5.000 personas se reunieron frente a la sede del Congreso con banderas, carteles que pedían "cárcel a los conspiradores" y consignas de apoyo al cambio que tuvo lugar el 20 de abril, cuando el ex obispo católico ganó las elecciones.
"Venimos a dar nuestro respaldo al presidente ante la intención golpista de Nicanor y Lino Oviedo", afirmó Feliciando Bogado, un simpatizante del Partido Liberal que viajó 300 kilómetros junto a cientos de correligionarios para participar en la movilización.
"Lo que queremos es la estabilidad de este Gobierno", agregó mientras caminaba entre la multitud, que portaba muñecos esposados con el rostro de Oviedo y otros de Lugo acompañado por el presidente venezolano Hugo Chávez, un aliado del nuevo mandatario.
La multitud recibió con júbilo el fin de la crisis en el Senado, que llegó a funcionar dividido y tenía paralizados proyectos para aprobar créditos internacionales, nombrar funcionarios de la nueva administración y amenazaba con retrasar el estudio del presupuesto.
Tras negociar con el titular del Congreso, Enrique González -sobre quien pesaba una amenaza de destitución- los legisladores resolvieron ratificar al suplente de Duarte como senador activo, lo que convirtió al ex gobernante en miembro vitalicio, con voz pero sin voto.
Duarte, quien se considera un perseguido político, aspiraba a liderar la oposición en el Congreso pero sus detractores se negaban a aceptar el juramento bajo el argumento de que su candidatura fue inconstitucional.
La coalición de Gobierno logró entonces reconstruir una mayoría que quedó en entredicho durante la crisis debido al apoyo del partido liderado por Oviedo a Duarte, respaldo que sus detractores vieron como consecuencia de su liberación de una condena por sedición.
"Necesitábamos que se normalice el Senado de la República, que funcionen las cámaras y que se aprueben los proyectos como la ley de presupuesto y otros temas", subrayó el jefe de Gabinete, Miguel López Perito.