Actualizado 29/06/2012 20:11

Zelaya equipara su derrocamiento con la destitución de Lugo en Paraguay


MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

El exmandatario hondureño Manuel Zelaya ha asegurado que con la destitución de Fernando Lugo en Paraguay se ha seguido el mismo procedimiento que se puso en marcha cuando fue expulsado de Honduras hace tres años, con la única diferencia de que en esta oportunidad no hubo una intervención militar.

La destitución de Lugo fue "un proceso con características diferentes, pero que seguía un mismo proceso estándar, el de atacar un gobierno democráticamente electo", ha afirmado Zelaya en declaraciones a la radiotelevisión pública británica BBC al cumplirse tres años de su derrocamiento.

"En mi caso tal vez la única diferencia haya sido que los militares me sacaron a punta de balas", sin embargo, "del resto todo fue igual: la creación de una crisis, una formación de un proceso gestado en el Congreso Nacional y la interferencia de un poder sobre otro", ha destacado.

Zelaya fue expulsado de Honduras por un grupo de militares el 28 de junio de 2009, el mismo día que pretendía hacer una consulta relacionada con una posible reforma de la Constitución. Lugo, en cambio, fue destituido el pasado viernes por el Senado de Paraguay tras un fugaz juicio político por su presunta responsabilidad en la muerte de 17 personas durante enfrentamientos entre policías y campesinos.

Los gobiernos de América Latina reaccionaron de inmediato a la destitución del exobispo católico paraguayo y calificaron el hecho como un golpe de Estado. Al igual que ocurrió cuando Zelaya fue derrocado, la mayoría de los países de la región decidió no reconocer al nuevo presidente y retiraron a sus respectivos embajadores de Asunción.

Zelaya también se ha identificado con la respuesta contundente que han dado los bloques regionales ante la salida de Lugo del poder. "Cuando los presidentes defienden a otros presidentes se defienden a sí mismos", ha asegurado.

En este sentido, ha dejado claro que "cuando un presidente es elegido por un mandato de cuatro años por el pueblo, el pueblo es el único que puede destituirlo". Por tanto, hechos como los ocurridos en Honduras y Paraguay constituyen "un atentado que destruye la base jurídica del Estado".

"La situación en Honduras empeoró después del golpe de Estado", ha denunciado. "Los Derechos Humanos no son respetados, la economía apunta hacia abajo, la pobreza aumentó y el país se convirtió, según datos públicos, en el más violento del mundo con una tasa de homicidios récord", ha lamentado.

Después de exiliarse en Costa Rica, en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa y en República Dominicana, Zelaya regresó a Honduras el año pasado tras haber alcanzado un acuerdo con el Gobierno de Porfirio Lobo. Desde entonces, ha continuado su vida política y ahora su objetivo es que su esposa, Xiomara Castro, se convierta el próximo año en la nueva presidenta hondureña.