Actualizado 16/07/2009 21:27

Partidarios Zelaya vuelven a las calles en Honduras

Por Juana Casas y Esteban Israel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Seguidores del derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, bloqueaban el jueves carreteras clave en el país para reclamar la restitución del mandatario, dos días antes de un segundo encuentro de mediación en Costa Rica para hallar una salida a la crisis.

El Gobierno interino que asumió el 28 de junio, cuando Zelaya fue sacado a punta de rifle del país, reimpuso el miércoles el toque de queda y envió policías a los lugares donde se concentraban los piquetes de manifestantes, que afectaban a importantes rutas en todo el país, informó la policía.

Los seguidores de Zelaya, un político liberal que en la mitad de su mandato viró a la izquierda y se alió al presidente venezolano Hugo Chávez, afectaban dos accesos al norte y sur de Tegucigalpa, la capital, y al menos dos importantes carreteras de tráfico comercial con el vecino El Salvador.

"Esperamos que el sábado se resuelva con el presidente (de Costa Rica Oscar) Arias. Pero, si no, va a haber un paro general, va a haber descomposición en el país", dijo Rafael Alegría, líder del frente que exige el retorno inmediato de Zelaya a su cargo.

Alegría, quien estaba en la manifestaciones que cortaron el acceso norte a Tegucigalpa, afirmó que la reciente oferta del presidente interino, Roberto Micheletti, de renunciar a su cargo si eso implicaba una solución al conflicto, era una buena señal.

"Significa que está entendiendo que el pueblo quiere la institucionalidad, no lo quiere como presidente", dijo.

A su lado, unos 500 hombres y mujeres se juntaban al margen de la carretera, muchos con pañuelos en la cara o camisetas rojas, para sumarse a la convocatoria de los líderes del movimiento que apoya la restitución de Zelaya.

"Hay más conciencia, los carros tocan bocinas, la adrenalina sube más, tenemos 19 días en esto. Si tenemos que paralizar el país, lo vamos a hacer", dijo Yadira Marroquín, de 44 años y terapeuta de un hospital psiquiátrico.

En el acceso sudeste y este de Tegucigalpa también se concentraban simpatizantes de Zelaya, quien fue derrocado después de días de tensión por su insistencia en hacer una consulta popular que abriera paso a la reelección presidencial.

Una salida a la crisis parece aún lejana. A las reuniones no asistirán ni Zelaya, que el martes reinvidicó el derecho de la población a la insurrección, ni el presidente de facto, Roberto Micheletti.

Zelaya cuenta con un amplio apoyo internacional, incluido Estados Unidos; pero el golpe de Estado ha sido respaldado por la justicia, el Congreso y empresarios de Honduras, así como de la influyente Iglesia Católica.

"En Honduras va a fracasar el golpe", vaticinó en La Paz el presidente de Bolivia, Evo Morales, después de reunirse con la canciller de Zelaya, Patricia Rodas.

La funcionaria visitó Bolivia para reunirse con Morales y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, de Ecuador, Rafael Correa, y de Paraguay, Fernando Lugo, en un nuevo paso de su campaña de denuncia del golpe de Estado.

MANIFESTANTES VIGILADOS

Los manifestantes se demoraron a llegar a los puntos de protesta debido a que el Gobierno interino impuso el miércoles por la noche y se extendió entre las 00.00 hora local (0600 GMT) hasta las 05.00 del jueves, cuatro días después de haber dispuesto su cese, según dijo un líder sindical.

La medida fue impuesta horas después de que Micheletti manifestara su "preocupación" por las declaraciones de Zelaya llamando a la insurrección popular contra el que llama "Gobierno usurpador".

El portavoz del Ministerio de Seguridad, Iván Mejía, dijo que, ante la posibilidad de que las manifestaciones sean violentas o ingresen "terceras personas" que provoquen disturbios, se habían enviado oficiales de policía a todas las manifestaciones.

Policías y oficiales del ejército custodiaban las manifestaciones, que se desarrollaban pacíficamente.

El 5 de julio, una persona murió y más de una decena resultaron heridas en el aeropuerto de Tegucigalpa cuando militares dispararon contra manifestantes que esperaban el regreso de Zelaya en un avión venezolano al que no se le permitió aterrizar.

Zelaya ha advertido que, si no logra su retorno al poder dará por fracasadas las conversaciones; pese a que Micheletti, apoyado por la Corte Suprema de Justicia y el Congreso, ha reiterado que su entrada al país sólo sería para enfrentar a la justicia.

(Con reportes de Gustavo Palencia y Simon Gardner, Editado por Anahí Rama)