Actualizado 17/07/2009 04:22

Partidarios Zelaya vuelven a calles en Honduras

Por Esteban Israel y Juana Casas

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Seguidores del derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya bloquearon el jueves rutas comerciales del país para reclamar su restitución, elevando la presión dos días antes de que ambos bandos se reúnan en Costa Rica para intentar hallar una salida negociada a la crisis.

El bloqueo de carreteras durante unas cinco horas transcurrió pacíficamente ante la mirada de policías antidisturbios, que no intervinieron.

Los manifestantes dijeron que arreciarían la presión de cara al sábado, cuando delegados de Zelaya y del presidente interino, Roberto Micheletti, se vean por segunda vez las caras en San José de Costa Rica para tratar de solucionar la mayor crisis de Centro América desde el final de la Guerra Fría.

"Esperamos que el sábado se resuelva con el presidente (de Costa Rica, Oscar) Arias", dijo Rafael Alegría, líder del frente que exige la restitución de Zelaya.

"Si no, va a haber un paro general, va a haber descomposición en el país", sostuvo en un retén montado por los manifestantes en el norte de Tegucigalpa.

El Gobierno interino, que asumió el 28 de junio cuando Zelaya fue sacado a punta de rifle del país, restableció el toque de queda.

Los seguidores de Zelaya, un político liberal que a mitad de su mandato viró a la izquierda y se alió al presidente venezolano, Hugo Chávez, cortaron dos accesos al norte y sur de Tegucigalpa, la capital, y al menos dos importantes carreteras de tráfico comercial con el vecino El Salvador.

Filas de camiones permanecieron detenidos en la carretera a ambos lados de las barricadas. Algunos conductores, resignados, dormían la siesta bajo los remolques.

Pero el ministro de Comercio, Benjamín Bográn, dijo a Reuters que las protestas no alteraron el intercambio con El Salvador.

"BUENAS NOTICIAS"

Los manifestantes dijeron que la oferta de Micheletti de renunciar para facilitar una solución política era la primera "buena noticia" en casi tres semanas de protestas.

"Significa que está entendiendo que el pueblo quiere la institucionalidad, no lo quiere como presidente", afirmó Alegría.

Pero una salida a la crisis parece aún lejana. A la reunión de Costa Rica no asistirán ni Zelaya, que el martes reivindicó el derecho de la población a la insurrección, ni Micheletti.

En otra señal de polarización, las protestas por Zelaya fueron respondidas el jueves por unos 1.000 partidarios del Gobierno interino, que se reunieron en el centro de la capital vestidos de blanco.

"Queremos paz y democracia en nuestro país. Por eso apoyamos a Micheletti. El hombre lo está haciendo muy bien", dijo Lorene Paz, una auxiliar de enfermería de 43 años.

En la tarde, el Gobierno extendió el toque de queda desde las 23.30 hora local (0530 GMT) hasta las 04.30 del viernes.

Durante una breve visita a Bolivia, Chávez culpó al Departamento de Estado estadounidense, y advirtió que la crisis política de Honduras tiende a agravarse y podría derivar en una guerra civil de alcance regional.

"Pido a todos que levantemos la atención hacia Honduras porque allá está un pueblo en este mismo instante combatiendo (...) y un presidente que fue echado. Un presidente, ayer conversé por teléfono con él, que me dijo 'Hugo, no sé si voy a morir, pero yo voy a Honduras'", relató el líder venezolano.

Zelaya cuenta con un amplio apoyo internacional, incluido Estados Unidos; pero el golpe de Estado ha sido respaldado por la justicia, el Congreso y empresarios de Honduras, así como de la influyente Iglesia Católica.

ARIAS, CLINTON PIDEN SALIDA PACIFICA

Arias dijo el jueves que una de sus ideas es proponer integrar "un Gobierno de reconciliación nacional" y que Zelaya tendría que renunciar a su pretensión de consulta popular.

La canciller depuesta de Honduras, Patricia Rodas, se encontró el jueves en La Paz con Chávez y otros aliados de Zelaya como los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Rafael Correa; y de Paraguay, Fernando Lugo, y no se mostró nada conciliadora.

"Un artículo constitucional que le costó a nuestro pueblo largas décadas de luchas, nos manda a todos los hondureños y hondureñas a no obedecer a ningún Gobierno que se implanta por la fuerza y contra la voluntad popular, y por lo tanto nos obliga, nos llama y conduce hacia los procesos de resistencia y de insurrección", dijo a periodistas.

Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, insistió en el diálogo y en hallar una salida pacífica a la crisis en el país centroamericano, el más pobre de América después de Haití y Nicaragua que fuera recientemente suspendido de la OEA debido al golpe.

Las protestas tras el golpe fueron en general tranquilas, pero el 5 de julio una persona resultó muerta y se registró más de una decena de heridos en el aeropuerto de Tegucigalpa cuando militares dispararon contra manifestantes que esperaban el regreso de Zelaya en un avión venezolano al que no permitieron aterrizar.

(Con reportes de Gustavo Palencia y Simon Gardner en Tegucigalpa, John McPhaul en San José, Carlos Quiroga en La Paz y Paul Eckert en Washington; Editado por Anahí Rama y Patricia Avila)