LIMA (Reuters/EP) - Perú dijo el viernes que espera "dar vuelta" a la página tras sus recientes roces con Bolivia y propuso que el tema sobre los asilados políticos bolivianos en el país, uno de los más espinosos en las relaciones entre los vecinos, sea judicializado.
Ambas naciones vivieron en mayo uno de los capítulos más tensos de su relación bilateral en años luego de que Lima concedió asilo a tres ex ministros bolivianos acusados de genocidio y de delitos económicos, pero que alegan ser perseguidos políticos.
Las relaciones se oscurecieron nuevamente en junio, cuando Lima llamó a consulta a su embajador en La Paz en "señal de desagrado" por comentarios del presidente Evo Morales calificando de "genocidio" la muerte de 34 policías e indígenas durante manifestaciones de nativos en la Amazonía peruana.
Indígenas amazónicos realizaron violentas protestas en contra de la explotación de los recursos energéticos y mineros en el norte del país, las que el Gobierno aplacó derogando dos leyes que según los nativos afectaban la propiedad de sus tierras.
"Espero que después de esta larga conversación, muy franca (...) podamos dar vuelta a esta página y trabajar temas conjuntos", dijo el canciller peruano, José Antonio García Belaunde, sobre el encuentro que sostuvo la semana pasada con su par boliviano, David Choquehuanca, en Paraguay.
"El único caso contencioso propiamente (entre Perú y Bolivia) es el tema de los asilados, pero hay salidas, he propuesto judicializar el tema o por último ir a la corte de La Haya si ese fuera el caso", agregó en un encuentro con la prensa extranjera.
En el marco de la cumbre celebrada la semana pasada por el bloque sudamericano Mercosur, García Belaunde anunció que el embajador peruano en La Paz retornará a sus funciones próximamente, dando por superadas las recientes diferencias bilaterales.
De otro lado, el ministro peruano planteó que la resolución a la crisis tras el golpe de Estado en Honduras, sea "negociada y pacífica".
Tras más de un mes de que el derrocado presidente Manuel Zelaya fuese sacado de su casa a punta de pistola y trasladado a Costa Rica por militares, el Gobierno de facto de Honduras esperaba el viernes respuesta a su pedido para que una nueva misión internacional ayude a la solución de la crisis.