Actualizado 10/06/2009 18:36

Presidente iraní dice rivales usan tácticas hitlerianas

Por Parisa Hafezi y Dominic Evans

TEHERAN (Reuters/EP) - El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, acusó el miércoles a sus rivales para las elecciones de adoptar tácticas de difamación usadas por el dictador alemán Adolf Hitler y dijo que podrían enfrentarse a la cárcel por insultarlo.

Ahmadinejad hizo estas declaraciones en un mitin en Teherán en el último día de una agria y disputada campaña para unos comicios en los que afronta el creciente desafío del moderado ex primer ministro Mirhosein Mousavi.

Mousavi y los otros dos candidatos dicen que Ahmadinejad ha mentido sobre el estado de la economía, que está sufriendo una inflación elevada y una caída en los ingresos del petróleo desde los niveles récord del año pasado.

Ahmadinejad dijo que sus rivales habían quebrantado las leyes que impiden insultar al presidente.

"Nadie tiene derecho a insultar al presidente, y lo han hecho. Y eso es un delito. La persona que insulta al presidente debería ser castigada, y el castigo es la cárcel", dijo a sus seguidores a las puertas de la Universidad Sharif de Teherán.

"Tales insultos y acusaciones contra el Gobierno son una vuelta a los métodos de Hitler, repiten mentiras y acusaciones hasta que todo el mundo cree esas mentiras", dijo Ahmadinejad.

Insultar a funcionarios, incluido el presidente, es un delito en Irán que puede acarrear un máximo de dos años de cárcel.

El presidente de línea dura ha acusado a los seguidores de Mousavi, entre ellos al ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani, de corrupción. Rafsanjani respondió coléricamente, instando al líder supremo de la República Islámica a que frene a Ahmadinejad.

Mousavi acusa a Ahmadinejad de aislar Irán con sus enardecidos ataques contra Estados Unidos, su combativa línea sobre la política nuclear iraní y su cuestionamiento del Holocausto.

Aboga por aligerar las tensiones nucleares, rechazando al tiempo las demandas de que Teherán deje de lado sus planes nucleares, que Occidente teme que puedan usarse para fabricar bombas. Irán, el quinto mayor exportador de petróleo del mundo, dice que su programa nuclear es pacífico.

Las elecciones del viernes no cambiarán la política nuclear de Teherán, que decide el líder supremo, el ayatollah Ali Khamenei, pero una victoria de Mousavi podría llevar a una relación menos antagónica con Occidente.

¿REVOLUCION DE TERCIOPELO IRANI?

El enconado intercambio verbal ha reverberado en la ciudad santa chiíta de Qom, un importante centro religioso del país, donde 14 clérigos expresaron su "profunda preocupación y lamento" por que la imagen de Irán se hubiera visto salpicada por el emponzoñamiento político.

Otro grupo dijo el miércoles que Rafsanjani sería responsable si escalaba la tensión.

Durante las tres semanas de campaña, los apoyos a Mousavi, que ha estado fuera de la arena política desde que fuera primer ministro durante la guerra de 1980-88 con Irak, se han ido incrementado.

En el norte de Teherán, sus seguidores han inundado las calles por la noche, ataviados con carteles y globos con los colores verdes de su campaña. Sus simpatizantes creen cada vez más que podría ganar las elecciones.

Said Laylaz, director del diario económico Sarmayeh, cree que sus viajes por Irán en los últimos dos meses sugieren que Mousavi habría obtenido apoyos de más del 50 por ciento de los votantes, suficiente para triunfar el viernes sin la necesidad de una segunda ronda.

"Si hay elecciones libres, podría ganar en primera ronda", dijo. "Lo que está ocurriendo en Irán es una colorida revolución de terciopelo", añadió.

Sin embargo, el resultado sigue siendo impredecible. El prácticamente desconocido Ahmadinejad sorprendió con su victoria hace cuatro años, y ha disfrutado del apoyo de Khamenei durante su presidencia.

Los analistas advierten de que aunque Mousavi gane, no habría cambios repentinos en la relación de Irán con Occidente.

"Las cosas en Irán cambian despacio. Sería un cambio significativo, pero no reflejaría un cambio de régimen", dijo Ali Ansari, de la Universidad de St Andrews en Escocia.

(Traducido en la Redacción de Madrid)