Actualizado 19/03/2011 16:00

El regreso de Aristide condiciona la segunda vuelta de las presidenciales

El ex presidente haitiano Bertrand Aristide
EDUARDO MUNOZ / REUTERS


PUERTO PRÍNCIPE, 19 Mar. (Reuters/EP) -

El regreso del ex presidente de Haití Jean-Bertrand Aristide al país caribeño tras siete años de exilio amenaza con cambiar el entorno político que se decidirá en la segunda vuelta de las elecciones del domingo, donde la estrella del carnaval Michel "Sweet Mickey" Martelly, y la profesora de Derecho Mirlande Manigat se enfrentan para decidir el encargado de dirigir la reconstrucción del país, todavía en ruinas más de un año después del seísmo del pasado 12 de enero de 2010.

Estados Unidos observará de cerca el desarrollo de los comicios en un país donde la comunidad internacional ha invertido mucho capital económico y político para intentar reconducir el país. "Se trata de un reto para la democracia en Haití: es la primera vez que hay una segunda ronda, y la primera vez que tenemos unas personalidades tan contrastadas", explicó el presidente de la Cámara de Comercio franco-haitiana, Gregory Brandt.

UN COMODÍN

La llegada de Aristide, expulsado del país en 2004 pero que cuenta con una legión de devotos en las barriadas haitianas, podría incrementar la tensión en el ya de por sí volátil país.

Aristide regresó este viernes a Haití, tras siete años exiliado en Sudáfrica y justo dos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país caribeño.

Sus partidarios han recibido con gritos de alegría y vítores a un sonriente Aristide que ha llegado en un vuelo charter desde Sudáfrica al aeropuerto de Puerto Príncipe, acompañado por su familia y por el actor y defensor de los derechos de los afroamericanos Danny Glover,

De 57 años de edad, Aristide, que fue derrocado en 2004 por una rebelión armada, es muy popular entre la clase más desfavorecida de la población haitiana mientras que los hombre de negocios le rechazan y le perciben como una figura de división.

"Es un comodín", describió el embajador Colin Granderson, director de la misión de observación de la Organización de Estados Americanos/Comunidad Caribeña.