Publicado 12/06/2015 07:03

Rousseff defiende las medidas de ajuste fiscal y pide el apoyo de su partido

Brazil's President Rousseff speaks as she launches an infrastructure program at
STRINGER BRAZIL / REUTERS


BRASILIA, 12 Jun. (Notimérica) -

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha defendido este jueves antes militantes y miembros del Partido de los Trabajadores (PT) el polémico ajuste fiscal emprendido por su Gobierno y ha pedido el apoyo del partido para garantizar la "reanudación del crecimiento" del país.

Durante el V Congreso Nacional del PT, que ha tenido lugar en la ciudad de Salvador de Bahía, la mandataria brasileña ha defendido que forma parte de un Gobierno "que tiene el valor de hacer ajustes", aunque estos sean impopulares, y asegura que tienen "un calendario firme y coherente de medidas" para garantizar el crecimiento de Brasil y la mejora social para el pueblo.

"Todos los que están aquí comparten este deseo de transformar a Brasil. Para lograr esto tenemos que caminar juntos y firmes el Gobierno, el PT, los partidos aliados y los movimientos sociales. Necesito a cada uno de ustedes a mi lado", ha dicho Rousseff, en unas declaraciones que publica el diario 'O Globo'.

La presidenta ha reconocido que las reformas emprendidas por su Gobierno suponen unos "sacrificios", pero asegura que estos serán "justos y equilibrados". En este sentido, ha asegurado que su partido va a preservar los derechos de los más vulnerables, que son quienes más necesitan al Estado.

BAJA POPULARIDAD DE ROUSSEFF

Este Congreso se celebra en medio de la peor crisis en años del PT, acorralado por los escándalos en Petrobras, la baja popularidad de la presidenta y las críticas internas a la política económica del Gobierno.

Los cinco primeros meses del segundo mandato de Rousseff han incluido la detención del tesorero del partido, João Vaccari Neto, por su implicación en la trama corrupta de Petrobras y unos pésimos datos económicos --con el PIB retrocediendo un 0,2 por ciento en el primer trimestre--.

Al mismo tiempo, de la mano del poderoso ministro de Economía y Hacienda, Joaquim Levy, han llegado los primeros recortes de la nueva era de "ajuste fiscal", que entre otras cosas han traído 6.800 millones de dólares menos para salud y educación, poniendo en duda el compromiso social del PT, su principal bandera electoral.

Por si fuera poco, las iniciativas del Gobierno de Rousseff --en minoría en el Congreso-- tienen serias dificultades de prosperar en la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha (Partido del Movimiento Democrático de Brasil) se regodea de que a veces da luz verde a las medidas del PT "por pena", como confesó en una cena privada, a pesar de que su formación es teórica aliada del Gobierno.

Las manifestaciones en las calles pidiendo el 'impeachment' de Rousseff y los frecuentes 'panelaços' (caceroladas) en las grandes ciudades hacen que los 800 delegados del PT que este jueves se han reunido en Salvador afronten uno de los peores escenarios en años, a pesar de que su partido acaba de ganar las elecciones.

DESERCIONES EN SÃO PAULO

La situación llega a tal punto que en el estado de São Paulo, el presidente del partido, Emídio de Souza, ha emprendido una gira por los pueblos para evitar las deserciones, como revela el diario 'O Globo', que recoge testimonios de concejales como Tatiana Salles, que confiesa avergonzarse de pertenecer al PT.

"Sufro bastante en la calle. Todos los días escucho a personas diciendo que si continúo en el PT no me van a votar más. Cuando conozco a alguien y me preguntan qué hago intento cambiar de tema", asevera.

Otro ejemplo significativo es el de la ciudad de São Bernardo do Campo, en el área metropolitana de São Paulo, cuna del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y del movimiento de trabajadores de la metalurgia que dio a luz al PT. El alcalde Luiz Marinho, exministro de Trabajo del Gobierno de Lula, se ha enfrentado hasta la semana pasada a una huelga de más de veinte días convocada por un sindicato afiliado a la Central Única de los Trabajadores (CUT), el sindicato históricamente ligado al PT.

Y es que la relación de la CUT con el PT es más tensa que nunca; su presidente, Wagner Freitas, pretende llevar al Congreso del partido un documento en el que dice que el ajuste fiscal de Levy poner al partido "contra la clase trabajadora". Incluso el propio Lula recientemente tuvo que pedir a los trabajadores "paciencia" con Rousseff.

UN PARTIDO DIVIDIDO

Dentro del partido las tensiones son evidentes; unos, como el secretario de Formación Política e integrante del movimiento Mensagem ao Partido Carlos Árabe, critica que está habiendo "omisión" respecto al programa por el cual fue elegido, mientras que otros, como el propio presidente del PT, niegan los problemas internos recordando que este año 200.000 personas han pedido afiliarse al partido: "Eso no es ninguna crisis, como el monopolio de los medios pretende hacer creer", ha dicho esta semana.

La guinda a las dificultades del partido estaba en el hecho de que Rousseff no iba a estar presente en el Congreso de Salvador al estar en la cumbre CELAC-UE en Bruselas, pero ha cambiado su agenda a última hora para volver antes de tiempo e inaugurar la reunión, según ha informado el Planalto.

La reunión en Salvador también contará con una manifestación contra el partido liderada por el Movimiento Brasil Livre (MBL), cuyo principal dirigente, Kim Kataguiri, ha invitado a los partidos de la oposición de Bahía a unirse en un protesta junto al Hotel Pestana de Salvador, donde se reunirá la cúpula petista.