RÍO DE JANEIRO, 8 Ene. (Notimérica) -
El nuevo Gobierno de Dilma Rousseff quiere dar señales de confianza a los mercados, y para ello no ha dudado en recortar el presupuesto de los Ministerios, por decreto, y sin esperar a que el Congreso Nacional apruebe el presupuesto para 2015.
En Brasil la ley permite que cuando aún no se ha aprobado el presupuesto el Gobierno gaste mensualmente una doceava parte de la dotación prevista para el año, pero con el decreto publicado este jueves en el Diario Oficial de la Unión habrá un bloqueo adicional del 33% del presupuesto, lo que suponen 1.900 millones de reales menos al mes (712 millones de dólares).
Según ha informado el Ministerio de Planeamiento en un comunicado, esta limitación extra es necesaria "ante las incertezas sobre la evolución de la economía, el escenario fiscal y el calendario del poder legislativo, que sólo retomará sus actividades a partir de febrero".
Los congresistas brasileños están de vacaciones desde antes de Navidad y sólo retomarán la actividad en la segunda quincena de febrero, después de Carnaval. Así pues, con esta medida excepcional el Gobierno de Rousseff quiere lanzar a los mercados financieros el mensaje de que no esperará hasta entonces para empezar su nueva política de ajustes.
A pesar de que Rousseff anunció en su toma de posesión que el nuevo lema del Gobierno será 'Brasil, patria educadora', paradójicamente el Ministerio que más sufrirá con este recorte es el de Educación, que tendrá 597 millones de reales menos para gastar. Le siguen los Ministerios de Defensa (472 millones menos), Ciudades (147 millones), Desarrollo Social (142 millones) y Ciencia y Tecnología (133 millones).
Se trata pues, de una de las primeras medidas anunciadas por el Gobierno para intentar reducir gastos, una de las obsesiones del nuevo equipo económico capitaneado por el Ministro de Economía, Joaquim Levy; el de Planeamiento, Nelson Barbosa; y el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, que se han fijado como meta cerrar 2015 con un superávit primario del 1,2% del PIB.
Aunque aún no hay datos definitivos sobre 2014 el deterioro de las cuentas públicas brasileñas a causa del débil crecimiento hace que sea bastante probable que el año que acaba de terminar sea el primero con un resultado negativo desde 2002, ya que hasta noviembre el déficit acumulado en el sector público era del 0,18% del PIB.
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