NUEVA YORK, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Uno de los agentes de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA) que participó en la operación encubierta en la que fue detenido el presunto traficante de armas ruso Viktor Bout ha comenzado a testificar en el juicio contra el mismo, según ha informado la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
El agente, identificado en el caso como 'Carlos', ya formó parte de una operación encubierta contra el traficante internacional de armas Monzer al Kassar, que fue detenido en las mismas circunstancias en las que lo fue Bout.
Durante la vista del martes, el tribunal ha comenzado a escuchar los documentos de audio grabados en los encuentros entre 'Carlos' y Bout, en los que el agente de la DEA se hizo pasar por un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que quería comprar armas. Estas conversaciones tienen mala calidad y están en castellano en su mayoría, por lo que los miembros del jurado han recibido transcripciones traducidas al inglés-
El juicio contra Bout comenzó hace una semana en el Tribunal de Distrito del Sur de Nueva York y se espera que dure alrededor de tres o cuatro semanas. La acusación insiste en que Bout acordó la venta de al menos 100 misiles tierra-aire, 20.000 AK-47 y diez millones de balas. "Bout tuvo la oportunidad de poner millones de dólares en armas en manos de terroristas para matar estadounidenses", ha dicho el fiscal Brendan McGuire. "Aceptó la oportunidad", ha añadido.
Bout, que fue arrestado en una operación estadounidense en Tailandia en 2008 y extraditado a Estados Unidos en noviembre de 2010, niega todos los cargos que pesan contra él. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentarse a una pena que oscilaría entre los 25 años de prisión y la cadena perpetua.
Uno de sus abogados, Albert Dayan, afirmó ante el jurado que Bout no habría intentado vender armas a las FARC. "La simple y profunda verdad es que Viktor Bout nunca quiso, intentó o accedió a vender armas", ha dicho Dayan. Asimismo, ha recalcado que Bout, que trabajaba en el negocio de transporte aéreo, intentaba vender dos aviones, y no armas, cuando trató un acuerdo en Tailandia con dos agentes secretos estadounidenses que se hicieron pasar por miembros de las FARC.