Actualizado 15/03/2010 14:05

UE/Cuba.- España asume que no conseguirá cambiar la política europea hacia Cuba este semestre tras la muerte de Zapata

"No habrá cambio de la Posición Común de la UE este semestre", admite un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación


MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno español tiene asumido que no conseguirá convencer al resto de sus socios europeos para cambiar en junio la actual política comunitaria hacia Cuba, la llamada Posición Común que José María Aznar impulsó en 1996, tras la reciente muerte en prisión del preso político Orlando Zapata, ha reconocido hoy un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

"No habrá cambio de la Posición Común de la UE este semestre porque es un asunto que requiere unanimidad", afirmó la fuente, que señaló que el fallecimiento del opositor Zapata tras una huelga de hambre de 85 días impedirá que los europeos decidan por consenso cambiar la política actual hacia la isla.

Los Gobiernos de la UE, que revisan cada año en junio la Posición Común, sí podrían en cambio abrir el debate sobre si esta herramienta ha sido o no útil para alcanzar los objetivos que persigue --que la isla avance hacia una democracia pluralista y que respete los Derechos Humanos--, admitió la fuente.

La Posición Común rige la política de la UE hacia la isla desde 1996 y condiciona la relación bilateral a avances en democracia y Derechos Humanos. La Habana la rechaza al considerarla una imposición unilateral y discriminatoria en relación con otros países que tienen relaciones con la UE y que no son precisamente campeones en DDHH.

Preguntado por la posibilidad de que la UE ofrezca a Cuba sustituir la Posición Común por un acuerdo negociado bilateralmente que incluya una cláusula sobre Derechos Humanos, este responsable político precisó que "ésa es la posición española", pero reconoció que no saldrá adelante este semestre porque equivale a "un cambio en la Posición Común".

La fuente subrayó que el cambio de la Posición Común nunca fue uno de los objetivos prioritarios de la presidencia española de la UE. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, ha reiterado en diversas ocasiones, incluso tras la muerte de Zapata, que el Gobierno aprovecharía su semestre de presidencia para intentar convencer al resto de socios de la conveniencia de eliminar la Posición Común para sustituirla por un instrumento bilateral.

Incluso la semana pasada Moratinos insistía en que el Ejecutivo seguiría defendiendo esta idea a pesar del debate que celebró el Parlamento Europeo, que condenó la muerte de Zapata y rechazó, con el voto de los socialistas, una enmienda de Izquierda Unitaria que pedía respaldar los "esfuerzos" de la presidencia española por normalizar las relaciones con Cuba con el objetivo final de la "retirada absoluta" de la Posición Común.

El jefe de la diplomacia española subrayó el jueves pasado en el Congreso de los Diputados que la revisión de la Posición Común no supondría que la UE fuera a hacer "concesiones" a las autoridades cubanas. España busca con su sustitución por un acuerdo bilateral un "compromiso mayor de las autoridades cubanas en materia de defensa de los DDHH" y de "liberación de los presos políticos" porque "tendrán que poner su firma" en ese acuerdo, explicó.

Tras aclarar que él no tenía "ninguna dificultad" con el texto de la Posición Común, Moratinos opinó que conviene tras 13 años de vigencia "buscar una política que tenga más eficacia y resultados", si bien admitió que si finalmente en la UE no se logra un "consenso" para superar la Posición Común, España seguirá profundizando en su marco bilateral con Cuba.

DEBATE EN JUNIO

Serán los ministros de Exteriores de la UE los que, en junio próximo, aborden como cada año la Posición Común que rige desde 1996 la política europea hacia la isla. Sus conclusiones las ratificarán días después los jefes de Estado y de Gobierno.

España no repetirá el éxito que obtuvo en 2008, cuando los líderes europeos aprobaron en 2008, a instancias del Gobierno español, eliminar las sanciones diplomáticas impuestas a La Habana en 2003 (y suspendidas desde 2005) por el encarcelamiento de 75 disidentes y ofrecieran retomar el diálogo político.

Las sanciones de 2003 consistían en limitar las visitas bilaterales de alto nivel, bajar el perfil de la participación de los Estados miembros en iniciativas y actividades culturales de las autoridades cubanas e invitar a los disidentes a las Embajadas en la isla en los días nacionales de cada país.