Actualizado 29/08/2009 02:36

Uribe enfrenta críticas de Sudamérica por pacto EEUU

Por Damián Wroclavsky y Jorge Otaola

BARILOCHE, Argentina (Reuters/EP) - El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, defendió férreamente el viernes la decisión de su país de permitir a Estados Unidos el uso de bases militares para combatir al narcotráfico, en una tensa cumbre en la que soportó críticas de sus pares de izquierda.

Los roces entre los mandatarios se dieron a pesar del esfuerzo de países como Brasil, Chile y el anfitrión Argentina para que el encuentro de urgencia sirviera para aplacar la crisis política regional que desató el nuevo pacto militar entre Bogotá y Washington.

La cumbre, que duró más de siete horas y fue transmitida íntegramente por TV a pedido de Colombia, terminó con una declaración de buenas intenciones cuya redacción provocó roces entre los mandatarios, que encargaron a sus ministros de defensa y cancilleres reunirse en 15 días para estudiar el pacto.

"El hecho de debatir esto es un gran paso adelante. No es que antes no había conflictos (...) lo que no había antes era esta discusión tan franca", afirmó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en una conferencia de prensa tras el cierre del encuentro de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la patagónica ciudad Bariloche.

Durante el encuentro, Uribe justificó el acuerdo que dará a Estados Unidos presencia militar en siete bases colombianas, al asegurar que es un refuerzo de un programa ya existente de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

"Este acuerdo con los Estados Unidos tiene también unos elementos bien importantes: la corresponsabilidad con la lucha contra el terrorismo y la droga. Los Estados Unidos nos han dado una ayuda práctica", aseguró.

Pero no dudó en defenderse de las críticas del izquierdista presidente venezolano, Hugo Chávez, acusando a su vecino de hasta albergar a líderes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Chávez, el principal crítico de Washington en la región, afirmó que el acuerdo militar "siembra la semilla de la guerra", al considerar que Estados Unidos busca controlar al subcontinente con su mayor presencia militar.

"Es la estrategia global de los Estados Unidos. Esa es la razón de esto. Es la razón de que se estén instalando esas bases en Colombia", dijo Chávez en referencia a un informe que leyó detalladamente y que aludía a un documento del Departamento de Estado estadounidense sobre la necesidad de una base de "movilidad" en América del Sur.

En un momento, la presidenta argentina, Cristina Fernández, debió interrumpir el debate entre los mandatarios para pedir calma.

"Debemos conciliar (...) su proyecto de cooperación con Estados Unidos; y debemos lograr que sus vecinos tengan la certeza que ese acuerdo no va a afectar la seguridad y la institucionalidad en sus países", dijo la mandataria dirigiéndose a Uribe.

En tanto, Lula se quejó de la cantidad de discursos. "No tenemos el derecho de pasar un día entero discutiendo (...) Es como si hubiéramos tenidos dos reuniones", afirmó irritado.

El presidente de Perú, Alan García, y su par uruguayo, Tabaré Vazquez, abandonaron la reunión antes de que finalizara. Uribe, en tanto, se resistió a posar en la clásica foto de presidentes participantes de la cumbre.

CLIMA DE IRRITACION

Como represalia al pacto militar, Venezuela amenazó con romper relaciones con Colombia y comenzó a sustituir importaciones del vecino país, un socio comercial clave.

Bogotá respondió denunciando a Caracas ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por inmiscuirse en sus asuntos internos, en una pelea que hizo reverdecer las grandes diferencias ideológicas en Sudamérica.

Colombia es el aliado más cercano que tiene Estados Unidos en la región y sus políticas suelen ser blanco de los ataques retóricos de Venezuela, que encabeza una corriente radical socialista identificada con el antiimperialismo en la que también militan Bolivia y Ecuador.

Uribe, cuyo país que es el principal productor de cocaína del mundo, había viajado a Argentina con la consigna de explicar los alcances de una iniciativa que también causó escozor al gigante Brasil.

En la reunión, Lula afirmó que insistirá en su pedido de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reúna con los jefes de Estado de la Unasur para discutir la relación con Washington.

El mandatario de Bolivia, Evo Morales, también llamó a rechazar el acuerdo militar, pero el peruano Alan García recordó el daño causado por el narcotráfico y la guerrilla a Colombia.

El estallido de la crisis también es una prueba para los incipientes esfuerzos de Obama por mejorar la relación con América Latina, históricamente marcada por la desconfianza.