Actualizado 10/07/2009 09:51

Varios ataques dejan al menos 50 muertos en Irak

Por Jamal al-Badrani

MOSUL, Irak (Reuters/EP) - Explosiones de bomba en Bagdad y el norte de Irak causaron la muerte de al menos 50 personas el jueves, informó la policía, lo que destaca las dudas sobre la capacidad de las fuerzas locales para mantener a los iraquíes a salvo tras el retiro de las tropas de Estados Unidos.

Los ataques perpetrados en el norte, en donde las tensiones entre árabes y kurdos amenazan con alentar un nuevo conflicto en Irak, y en la capital parecieron ser parte de un intento de los insurgentes de reavivar la lucha sectaria tras el repliegue de las tropas estadounidenses de ciudades y sectores urbanos.

Dos ataques suicidas sucesivos ocurrieron en la localidad de Tal Afar, 420 kilómetros al noroeste de Bagdad en la volátil provincia de Nínive, que es hogar principalmente de una minoría turca y dejaron al menos 34 muertos y 60 heridos, indicó la policía.

El primero de los ataques ocurridos en Tal Afar lo ejecutó un atacante suicida que detonó un chaleco con explosivos en el centro histórico de la ciudad. El segundo sucedió cuando la gente se reunía para brindar asistencia luego de la primera explosión, informó la policía.

Nínive y su principal ciudad Mosul han sufrido una persistente serie de ataques que han hecho blanco en policías, soldados y civiles desde el 30 de junio, cuando las tropas estadounidenses se retiraron de los centros urbanos.

La provincia es uno de los lugares en los cuales grupos como Al Qaeda han aprovechado las tensiones entre los sunitas árabes, los kurdos y otras minorías para mantener la persistente insurgencia.

En tanto, siete personas murieron y 20 resultaron heridas en un ataque doble perpetrado en un mercado de Ciudad Sadr, un área pobre mayoritariamente chiíta de Bagdad. La policía dijo que ambas bombas fueron ubicadas en pilas de basura en la zona del popular mercado.

Más tarde durante el día dos bombas al costado del camino que apuntaban a una patrulla de policía cerca de un mercado en otra área chiíta en el norte de la capital causó la muerte de nueve personas y dejó 35 heridos, indicó la policía.

El derramamiento de sangre entre chiítas y sunitas que estalló tras la invasión estadounidense de 2003 ha disminuido, pero la violencia en Nínive refleja las divisiones entre los iraquíes y subraya la fragilidad de los avances en seguridad.

La desconfianza aún es fuerte entre sunitas musulmanes, que dominaron a Irak bajo el mandato de Saddam Hussein, y la mayoría chiíta.

VENGANZA

En Baiji, ciudad ubicada al norte de Bagdad, la policía iraquí tuvo un violento enfrentamiento el jueves con una unidad de guardia vecinal sunita, respaldada por Estados Unidos, que terminó con el arresto de 15 agentes, precisaron la policía iraquí y funcionarios militares estadounidenses.

Las razones del incidente no estaban claras, pero el Gobierno liderado por sunitas sospecha de las guardias porque muchas de ellas eran aliadas de Al Qaeda hasta que decidieron formar alianza con las fuerzas estadounidenses.

Las matanzas como venganza son la clave para descubrir si la violencia que aún afecta a Irak generará mayores muertes sectarias, indicaron analistas.

Eso es lo que podría estar ocurriendo en Kirkuk, otra volátil ciudad norteña en la frontera entre el Irak árabe y kurdo, en donde los últimos tres ataques con bomba siguieron a una semana con seis asesinatos, indicó un jefe de policía.

Cinco funcionarios iraníes detenidos por el Ejército de Estados Unidos en Irak por hasta dos años fueron liberados el jueves y entregados a la embajada de la república islámica por las autoridades iraquíes, dijo la televisión estatal de Irán.

La captura de los iraníes, que incluye a funcionarios acusados por las fuerzas estadounidenses de armar a la milicias chiítas en medio del conflicto sectario en Irak, aumentó las tensiones entre Teherán y Washington, que también se encuentran enemistados por el programa nuclear iraní.