Actualizado 14/04/2013 11:14

Venezuela.- Maduro busca este domingo la legitimidad de las urnas para erigirse en el líder del chavismo

CARACAS, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente interino de Venezuela, Nicolás Maduro, busca este domingo la legitimidad del voto de los venezolanos en las elecciones presidenciales para convertirse en la nueva figura del chavismo y liderar así el movimiento que busca perpetuarse tras la muerte de Hugo Chávez, el pasado 5 de marzo.

El aspirante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha intentado dejar ver que él no es su predecesor, pero la sombra de Chávez sobre la sociedad venezolana es alargada. Durante las dos semanas de campaña electoral y en los innumerables actos de homenaje a Chávez tras su fallecimiento, Maduro ha imitado parte de sus gestos, su vehemencia y sus acusaciones contra el "imperio" sobre movimientos golpistas financiados desde Estados Unidos y contra la burguesía y derecha venezolana.

Maduro ha mencionado más de 7.000 veces a Chávez en los diferentes actos públicos en los que ha participado, según la página web www.madurodice.com. La oposición ha criticado en varias ocasiones este intento de usurpar la figura del presidente fallecido, aunque Maduro siempre se ha referido a él como un "padre" y cuya presencia no pretende diluir, sino aprovechar en caso de que sea elegido presidente.

Las menciones a Chávez han llegado al punto de que Maduro aseguró el pasado 2 de abril que mientras rezaba en una capilla de Sabanetas (oeste) entró un "pajarito chiquitico" que sintió como una aparición del difunto mandatario. En un acto el pasado jueves, reconoció que los asesores de la campaña le habían pedido que dejase de silbar y hacer referencia al pájaro, aunque la oposición ya lo utilizaba como forma de mofa contra el presidente interino.

Maduro además se ha presentado con sus hijas y su mujer, Cilia Flores, en diferentes actos, como hacía Chávez durante la campaña que le llevó al poder en 1999. Flores, procuradora general con Chávez, se ha convertido en una de las principales figuras del chavismo con la llegada de Maduro a la primera línea del poder.

La principal diferencia de Maduro respecto a su predecesor es que el aspirante socialista ha reconocido la inseguridad que padece Venezuela, que la sitúa en el segundo puesto de países con mayor tasa de asesinatos del mundo. El candidato ha prometido que luchará contra los grupos criminales y ha realizado llamamientos para que se respete la vida de los venezolanos.

GOLPE DE ESTADO

Maduro trabajó de conductor de autobuses e inició su carrera política como militante de la Liga Socialista, aunque destacó a los ojos de Chávez por su completa lealtad y supeditación. La relación entre Chávez y Maduro comenzó a forjarse cuando el militare venezolano entró en la cárcel para cumplir una condena de dos años por el golpe de Estado al presidente Carlos Andrés Pérez en 1992.

Maduro ha sido parlamentario en la Asamblea, presidente de la misma, ministro de Exteriores y vicepresidente tras las elecciones presidenciales de octubre de 2012. Maduro unió su carrera a un proceso de sumisión leal a Hugo Chávez y a sus políticas, hasta el punto de que en la campaña de los comicios de octubre conducía el camión en el que Chávez viajaba por Venezuela.

El momento de Maduro llegó a principios de diciembre, cuando Chávez le señaló como su sucesor poco antes de que viajase a Cuba para someterse a un nuevo tratamiento contra el cáncer que padecía. "Les pido que si me pasa algo voten por Nicolás Maduro", declaró entonces.

A los dos días de que Chávez viajara a La Habana, Maduro se declaró leal al mandatario "más allá de esta vida". Entre lágrimas, ha prometido en varias ocasiones continuar con su legado, al tiempo que ha defendido su candidatura y ser el presidente encargado, ante las críticas de la oposición y de movimientos internos de su partido, que desconfiaban de su idoneidad.

VENTAJA EN LOS SONDEOS

La elección de Maduro parece garantizada. El aspirante socialista supera en los sondeos al candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, por márgenes superiores a los 10 puntos. La campaña del PSUV busca que Maduro cuente con la legitimidad suficiente de los venezolanos, para lo que ha pedido una participación masiva para alcanzar los 10 millones de votos, a pesar de que Chávez consiguió en los últimos comicios salir reelegido con 8,1 millones.

"Chávez, te lo juro, yo voto por Maduro", ha sido uno de los principales gritos de guerra de los chavistas. Sin embargo, Maduro lleva ejerciendo prácticamente como máximo dirigente del país desde que Chávez se fue a La Habana --a pesar de que Caracas aseguraba que recibían las órdenes del mandatario--, lo que ha permitido que la oposición utilice esos tres meses como ejemplo de las malas decisiones del sucesor.

En esos cien días, la oposición ha aprovechado para criticar el deterioro de la situación económica, que llevó al Gobierno a anunciar el 8 de febrero a devaluar la moneda. El bolívar pasó a costar 6,30 dólares estadounidense, en lugar del 4,30 vigente hasta entonces, lo que supuso una devaluación del 32 por ciento. Además, la caída de la producción de petróleo y la escasez de alimentos básicos en los supermercados ensombrecen las políticas económicas del chavismo, que Maduro ha prometido continuar.

Además, según la oposición, el aspirante oficialista pertenece a la 'boliburguesía' que ha crecido alrededor de Chávez, muy criticada por que supuestamente sus fortunas han ido aumentado al abrigo del mandatario que inicio la revolución bolivariana. El presidente interino ha prometido que luchará contra la corrupción, pero será difícil si busca la legitimidad de la cúpula chavista que ha visto como se han llenado sus bolsillos.