MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha reclamado este lunes un precio "justo" para el petróleo en el mercado internacional, cuya caída ha provocado una crisis económica sin precedentes en las últimas décadas para la nación caribeña.
"Necesitamos que los precios del petróleo sean justos para garantizar la reposición de las inversiones y los costos de producción", ha dicho Maduro desde Estambul, donde estos días se celebra el Congreso Mundial de la Energía.
Maduro ha propuesto "establecer un nuevo mecanismo para dar estabilidad al mercado petrolero por un ciclo de 10 años". El mandatario ha propuesto en este sentido un consenso entre los estados miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los demás.
El líder 'chavista' ha aprovechado además para destacar la importancia del país iberoamericano en el escenario de la OPEP. "Venezuela en 100 años ha sido un productor de petróleo que ha sido clave", ha sostenido, según informa Noticias 24.
Venezuela ha estado presionando a la OPEP para alcanzar un acuerdo que permita estabilizar el precio del crudo, por ejemplo, mediante limitaciones en la producción que incentiven la demanda y, por tanto, el valor del barril.
Al mismo tiempo, Maduro se ha mostrado consciente de la necesidad de diversificar la economía venezolana. "Venezuela nunca más debe depender del petróleo como única fuente de riqueza", ha dicho el jefe de Estado recientemente.
Venezuela sufre una grave crisis económica a causa de la caída del precio del petróleo en el mercado internacional. El desplome de la renta petrolera --principal y casi única fuente de ingresos-- ha reducido las divisas en poder del Gobierno, limitando así su capacidad de importación.
Las importaciones son esenciales en Venezuela porque compra en el exterior la inmensa mayoría de los productos que consumen sus ciudadanos debido a la paulatina desaparición de la industria nacional, precisamente, por el 'boom' petrolero.
Así las cosas, los venezolanos hacen desde hace meses largas colas a las puertas de los supermercados para comprar los escasos productos que llegan a las estanterías, lo que ha desencadenado una crisis social sin precedentes.