Actualizado 18/03/2015 12:08

La vigilancia masiva de EEUU rechazada por el 70 por ciento de los ciudadanos

Recurso Internet
PHOTOSTEVE101 CC FLICKR

MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las prácticas de vigilancia masiva de Estados Unidos y sus aliados cuentan con el rechazo de siete de cada diez ciudadanos en 13 países que han sido analizados por Amnistía Internacional, entre ellos España, donde cerca de dos tercios de la población estaría en contra de estas prácticas.

La ONG ha puesto en marcha una campaña para denunciar esta vigilancia (#DejenDeSeguirme) que llega acompañada de una encuesta en la que se analiza la visión de la opinión pública sobre los denominados Cinco Ojos; un término en el que Amnistía incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Amnistía Internacional ha preguntado a 15.000 personas de 13 países su opinión sobre los controles de las comunicaciones promovidos desde esos cinco países y ha concluido que el 71 por ciento de la población lo rechaza.

La mayor oposición se ha registrado en Brasil (80 por ciento) y Alemania (81 por ciento), países ambos salpicados por las revelaciones del excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana Edward Snowden. Según los documentos filtrados por Snowden en 2013, Estados Unidos espió tanto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, como a la canciller de Alemania, Angela Merkel.

Incluso en el país donde existe una menor oposición a la vigilancia masiva, Francia, también hay una mayoría de ciudadanos que la rechazan, en concreto un 56 por ciento.

La oposición es extensible también cuando se pregunta a los ciudadanos por su opinión sobre el control de las comunicaciones que pueden ejercer sus respectivos gobiernos. Un 59 por ciento dice estar en contra, frente al 26 por ciento que se posiciona a favor.

Brasil y Alemania también figuran en este caso en cabeza, con un 69 por ciento de voces contrarias. España, donde la NSA habría intervenido 60 millones de llamadas telefónicas, aparece igualmente en los primeros puestos con un rechazo del 67 por ciento.

Entre los ciudadanos estadounidenses, el rechazo también es mayoritario, de tal forma que sólo el 20 por ciento está a favor de una vigilancia a la que se opone el 63 por ciento.

"La gente quiere que la sigan sus amigos, no sus gobiernos. Nadie quiere vivir sometido al escrutinio constante de un sistema de vigilancia tipo 'gran hermano'", ha resumido el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.

CREDIBILIDAD EN JUEGO

Shetty ha pedido al Gobierno de Barack Obama que vea este estudio como "una advertencia de que la vigilancia está perjudicando su credibilidad". "Debería escuchar la voz de los ciudadanos de todo el mundo y dejar de usar Internet como una herramienta para recoger datos masivos sobre la vida privada de las personas", ha apostillado en un comunicado.

La tecnología actual deja en manos de los gobiernos "un poder sin precedentes", por lo que Shetty ha propuesto que haya alguien "que vigile a los vigilantes". En este sentido, ha planteado la puesta en marcha de un "mecanismo independiente" de control y de la adopción de leyes que protejan "realmente" el derecho a la intimidad.

La información revelada por Snowden --actualmente asilado en Rusia-- puso sobre la mesa que la NSA recogía 5.000 millones de registros de ubicación de teléfonos móviles al día y 42.000 millones de registros de Internet al mes.

Estos datos han pasado factura a la imagen de Estados Unidos incluso entre sus propios aliados. En Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido, siete de cada diez ciudadanos se oponen a la vigilancia norteamericana, mientras que sólo el 17 por ciento la apoyan.

Para Shetty, "el mensaje es claro". "Ni siquiera los ciudadanos de los países aliados más próximos de Estados Unidos quieren que los gobiernos registren su uso de Internet", ha afirmado el director de Amnistía, que ha instado a los gobiernos de estos países a ser "sinceros con su propia ciudadanía" sobre "cómo están compartiendo el botín de la vigilancia", en alusión a los datos personales.

La ONG también ha extendido su alerta a las empresas de tecnología, a las que ha instado a favorecer el derecho a la intimidad. "Las empresas de tecnología tienen que tomar una decisión sobre el futuro de Internet. ¿Debe ser un lugar de expresión o de represión?", ha preguntado Shalil Shetty.

Los documentos secretos de la NSA revelaron que algunas de estas empresas habían colaborado con las autoridades norteamericanas para facilitar la vigilancia del uso de sus aplicaciones, como por ejemplo el correo electrónico y las plataformas de medios sociales.

Casi dos tercios de las personas encuestadas por la ONG quieren que empresas como Google, Microsoft o Yahoo protejan sus comunicaciones frente a los gobiernos.

EXTRANJEROS

El malestar social hacia la vigilancia masiva, sin embargo, parece matizarse cuando se trata de seguir los movimientos de personas extranjeras. En los 13 países analizados por la encuesta de Amnistía, el porcentaje de aprobación sube cuándo se pregunta si los gobiernos deben supervisar el teléfono y las redes de personas de otros países.

Un 43 por ciento de personas aprueba esta vigilancia, tres puntos por encima de quienes la rechazan. En Francia y Reino Unido, el nivel de apoyo aumenta hasta el 54 y el 55 por ciento, respectivamente, y duplica el porcentaje de rechazo.

Estas conclusiones ilustran, en opinión de Salil Shetty, "el clima de miedo creado para justificar la vigilancia". "Los gobiernos deben abordar la xenofobia y admitir que sacrificar los Derechos Humanos no traerá más seguridad", ha subrayado.