Actualizado 19/09/2012 08:33

Correa reitera su voluntad de diálogo con Reino Unido, pero insiste en que no negociará sobre DDHH


QUITO, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha expresado este martes la voluntad de su Gobierno de dialogar con el de Reino Unido para solucionar la situación del fundador de Wikileaks, Julian Assange, pero ha advertido de que no negociará sobre Derechos Humanos.

"Jamás le hemos cerrado las puertas al diálogo, seguiremos dialogando, pero lo que no haremos nunca es negociar sobre Derechos Humanos", ha dicho, en un encuentro con periodistas celebrado en la ciudad de Guayaquil, según informa el diario oficial 'El Ciudadano'.

Así, el mandatario ha apuntado que su Gobierno "seguirá insistiendo en que se le dé un salvoconducto a Assange para que pueda abandonar Reino Unido, que se le pueda interrogar en la Embajada de Ecuador en Londres o que se den garantías de que no será extraditado".

Ayer, el ministro de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, propuso reunirse con su homólogo británico, William Hague, para dialogar directamente y "resolver pronto lo que haya que resolver y si no hay solución, que lo sepamos pronto".

"Hasta ahora las conversaciones habían sido a nivel de subsecretarios, directores y embajadores, pero yo quisiera, después de todos los sucesos que hemos vivido, retomarlas a nivel directamente de cancilleres", dijo.

Patiño confía en que, de haber una respuesta positiva por parte de Reino Unido, pueda reunirse con Hague, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se celebrará a finales del mes de septiembre en la sede de la organización internacional, en Nueva York.

Assange está en la Embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio, cuando solicitó asilo político al Gobierno de Rafael Correa. Sin embargo, Reino Unido se ha negado a concederle un salvoconducto porque insiste en que tiene la "obligación legal" de extraditarle a Suecia, donde se le investiga por dos delitos sexuales.

El fundador de Wikileaks asegura que es víctima de una persecución política en Estados Unidos, donde se estaría celebrando un juicio secreto en su contra por revelación de secretos de Estado, delito por el que podría ser condenado a la pena de muerte.

Wikileaks suscitó la ira de la Casa Blanca y de sus aliados al publicar cientos de miles de documentos clasificados del Departamento de Estado sobre las guerras en Irak y en Afganistán y sobre la diplomacia estadounidense.