Actualizado 18/07/2009 07:28

Zelaya busca regresar Honduras tras negociaciones

Por Juana Casas y Esteban Israel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, anunció el viernes que volvería a su país si se agotan los procesos de diálogo internacional, a un día de la segunda ronda de negociaciones en Costa Rica en busca de una solución a la crisis desatada tras el golpe.

Tanto el presidente venezolano, Hugo Chávez, como la esposa de Zelaya, Xiomara Castro de Zelaya, se habían referido a la posibilidad de un retorno del mandatario, que pone presión sobre una difícil segunda ronda de negociaciones en San José tres semanas después del golpe.

"Yo voy a regresar de una u otra forma (...) Estoy respetando que se culmine con los procesos de diálogo diplomático internacional", dijo Zelaya en la capital de Nicaragua.

Su esposa dijo en una entrevista con Reuters que el límite para las negociaciones expiraba el sábado, cuando el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, mediará entre los representantes de Zelaya y del Gobierno interino.

"El tiempo finaliza mañana", dijo la mujer.

Chávez, al que muchos en Honduras acusan de influir en Zelaya para que intentara permanecer en el poder, señaló que el supuesto regreso del depuesto mandatario sería en las "próximas horas", pero no dio más detalles.

"Pues nosotros estamos con Zelaya, hay que apoyarlo", dijo a reporteros durante una visita a Bolivia.

Los comentarios de Chávez aumentaron la presión sobre las negociaciones programadas para el sábado con la mediación de Arias, que propuso la formación de un Gobierno de unidad nacional para destrabar la mayor crisis en América Central en las dos últimas décadas.

En Washington, el Departamento de Estado pidió indirectamente a Chávez que bajara el tono.

"Ningún país de la región debe alentar ninguna acción que pueda aumentar potencialmente el riesgo de violencia en Honduras ni en los países vecinos", dijo el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley.

Otro funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, dijo que Washington miraba con preocupación el supuesto regreso de Zelaya y que la retórica de Chávez "no ayuda" a las discusiones.

POSICIONES IRRECONCILIABLES

Zelaya intentó regresar el 5 de junio a bordo de un avión venezolano, que no fue autorizado a aterrizar. Un manifestante murió por disparos de militares que custodiaban el aeropuerto.

El viernes, cerca de un millar de opositores al golpe bloquearon carreteras comerciales de acceso a Tegucigalpa, con el objetivo de poner presión sobre el Gobierno de facto de una de las economías más pobres de América Latina.

Policías antimotines persuadieron a los manifestantes para que levantaran después del mediodía el bloqueo de una carretera en el sur de la ciudad, liberando el paso a decenas de camiones paralizados durante horas.

El Gobierno interino extendió el toque de queda hasta el sábado. Pero, los opositores, reunidos en las rutas con banderas de Honduras, pañuelos rojos y paraguas para protegerse del sol, prometieron intensificar las protestas para el sábado.

Las posiciones de ambas partes parecían irreconciliables pese al optimismo de Arias, Premio Nobel de la Paz por su papel en los acuerdos de paz que zanjaron guerras civiles en la región.

Zelaya -sobre el que pesa una orden de arresto en su país por supuestamente violar la Constitución por aspirar a la reelección- insiste en su restitución como la única salida a la crisis desatada tras el golpe del 28 de junio, que desencadenó un amplio rechazo internacional desde Washington hasta Caracas.

Pero, su retorno es inaceptable para el Gobierno del presidente interino, Roberto Micheletti, quien dijo estar dispuesto a renunciar y otorgar una amnistía a Zelaya por supuestos delitos políticos si el derrocado mandatario desiste de reclamar el poder.

"No hay posibilidad de negociar el retorno del presidente Zelaya a la Presidencia de la República, pero sí hay manera de que (...) se le otorgue una amnistía por los delitos políticos que pueda haber cometido", dijo el ministro interino de la Presidencia, Rafael Pineda, a la televisión local.

ARIAS OPTIMISTA

Zelaya, un magnate liberal que irritó a políticos y empresarios en Honduras al aliarse con Chávez, fue sacado de la cama por militares, subido a un avión y expulsado a Costa Rica, horas antes de una consulta popular que abriría paso a la reelección.

En protesta por el golpe, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, que agrupa a empleados portuarios alrededor del mundo, llamó el viernes a bloquear embarcaciones con bandera de Honduras, lo que podría afectar exportaciones clave como café y textiles.

En una de las pocas señales de apertura dadas hasta ahora, Pineda dijo que el Gobierno interino consideraría aceptar una nueva administración sin Zelaya ni Micheletti, que saque al país de la tormenta política y lo mantenga a flote hasta las elecciones de noviembre.

Arias dijo el viernes que se sentía optimista sobre la reunión, a la que Zelaya y Micheletti enviarán negociadores.

"Creo que han venido ablandando las posiciones iniciales. Creo que voy a encontrar más flexibilidad", dijo el viernes.