Actualizado 14/07/2009 04:05

Zelaya pone plazo para ser restituido en Honduras

Por Iván Castro

MANAGUA (Reuters/EP) - El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo el lunes que la mediación para resolver la crisis política desatada por el golpe de Estado fracasará si el Gobierno interino no acepta restituirlo después de una reunión prevista para el fin de semana.

La posición del mandatario derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio deja poco margen de maniobra a la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, ante la inflexibilidad del Gobierno interino de Roberto Micheletti que se niega a que Zelaya regrese al poder en Honduras.

"Damos un ultimátum al régimen golpista para que, a más tardar en la próxima reunión, que se realizará esta semana en San José, Costa Rica, se cumplan los mandatos expresos (de la ONU y la OEA)", dijo Zelaya en rueda de prensa en Managua.

"En caso contrario, se considerará fracasada la mediación y se procederá con otras medidas", advirtió el depuesto presidente que no precisó cuáles serían esas medidas.

Hace dos semanas, militares expulsaron a Zelaya de su país a punta de rifle, después de días de tensión por la insistencia del mandatario en hacer una consulta popular -declarada ilegal por la justicia- que abriera paso a la reelección presidencial, irritando a opositores, copartidarios y empresarios.

Después del fracaso de la primera ronda de reuniones de delegaciones de las dos partes la semana pasada, el nuevo encuentro de las delegaciones podría ser el sábado por la tarde o el domingo, informó Milton Jiménez, integrante de la comisión que negocia por Zelaya.

"Si ellos no reconocen absolutamente nada y siguen encaprichados con su soberbia de mantenerse en la punta de las bayonetas haciendo retroceder a nuestro país, nosotros hemos dado esta semana como fecha máxima con el fin de que haya algún tipo de salida", dijo el presidente depuesto.

Micheletti, que amenaza con encarcelar por traición a la patria a Zelaya, también había dicho que sería convocado para el encuentro el sábado en San José.

POSICIONES INTRANSIGENTES

Los contactos para hallar una salida a la crisis, la peor de Centroamérica en las últimas dos décadas, son auspiciados por el presidente costarricense y premio Nobel de la Paz, quien ha advertido que lograr resultados requerirá tiempo.

En una muestra de autoridad, Micheletti nombró y posesionó el lunes como canciller a Carlos López Contreras, líder de su delegación en el diálogo, después de que el anterior renunció por una serie de traspiés diplomáticos, como haber llamado "negrito" al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Zelaya, que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, se ha mantenido firme en su decisión de retomar

el poder en el país centroamericano, donde las autoridades provisionales le levantaron cargos por intentar modificar la carta magna, lo que podría abrir la puerta a su reelección.

Su principal aliado, el presidente venezolano Hugo Chávez, exigió a Estados Unidos tomar acciones para mostrar su compromiso con la restitución del presidente electo por el pueblo, luego de considerar que las las negociaciones en San José están muertas y que fueron un error.

Micheletti planteó el domingo en una entrevista con Reuters salidas a la crisis política, como la posibilidad de adelantar elecciones de noviembre y conceder una amnistía a Zelaya si el derrocado mandatario regresa al empobrecido país y se somete a la justicia.

Pero Zelaya no avaló las propuestas.

"Yo no acepto juicios ni amnistía, yo no ocupo el perdón de nadie porque no tengo pecado. Ellos van a pagar sus crímenes", dijo Zelaya a Reuters después de una rueda de presa.

El Gobierno de facto ha asegurado que entregará el poder en enero al ganador de los comicios previstos para noviembre, aunque la fecha podría adelantarse si hubiera acuerdo entre los principales partidos y la autoridad electoral.

En Egipto, funcionarios de alto nivel de 118 países propusieron a los mandatarios del Movimiento de Países No Alineados condenar "enérgicamente" el golpe de Estado, reafirmando el llamado a no reconocer a ningún otro Gobierno que el legítimo del depuesto Zelaya.

Mientras, Honduras intentaba regresar poco a poco a la normalidad, con las marchas a favor y en contra del derrocado mandatario cada vez menos frecuentes y menos concurridas, después de días de agitadas protestas en las que murió un seguidor de Zelaya en un enfrentamiento con militares.

Los profesores, uno de los frentes de resistencia al Gobierno interino, evaluaban si continúan con una huelga que comenzó al día siguiente del golpe para presionar por el regreso del depuesto mandatario o si reanudaban sus actividades, informó un influyente gremio sindical.

El Gobierno interino levantó el toque de queda que regía desde el día del golpe, cuando Zelaya iba a realizar una consulta popular sobre la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente para reescribir la Constitución como hicieron sus aliados izquierdistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Los empresarios cerraron filas con la administración de Micheletti y anunciaron que congelarán e incluso reducirán los precios de algunos productos de la canasta básica, mientras el Gobierno interino dijo que buscará una reducción de sus gastos ante los difíciles meses que se avecinan.

Honduras, suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA), enfrenta el congelamiento de nuevos préstamos por parte de organismos multilaterales que financian proyectos de desarrollo y la amenaza de una suspensión de ayuda de Estados Unidos por 180 millones de dólares.

(Con reporte adicional de Juana Casas y Enrique Pretel; editado por Alejandro Lifschitz)