Actualizado 01/08/2009 18:50

Tras años de violencia, Argelia se divierte un poco

Por Lamine Chikhi

ARGEL (Reuters/EP) - Es domingo por la noche en el centro de Argel y miles de jóvenes pululan por las calles, aclamando y bailando al son de una percusión que sale un escenario improvisado.

Esta es una imagen rara en una ciudad dañada por los años de conflictos entre el Gobierno y los insurgentes islámicos. La mayoría de las noches, las calles de Argel están casi desiertas, excepto por los policías armados que comandan los puestos de control.

Después de casi dos décadas de bombardeos y emboscadas, la violencia ha disminuido lo suficiente como para que los argelinos incorporen un concepto poco familiar para ellos: divertirse.

Durante dos semanas, la ciudad ha estado organizando un festival de danza, teatro, música y arte africanos, diseñado para dejar saber al mundo que la vida normal está regresando lentamente a Argelia, y permitir que la gente se divierta.

"Argelia necesita divertirse un poco después de una década de sangre y lágrimas", dijo a Reuters Zouaoui Benamadi, director de comunicaciones del Festival Cultural Pan-Africano.

"Los conflictos y las guerras han quedado atrás, concentrémonos en el futuro", expresó.

Sin embargo, para algunas personas en la Argelia conservadora y musulmana el hedonismo ha llegado demasiado lejos. Un periódico dijo que la actuación de bailarinas ligeras de ropa de la Africa sub-sahariana fue "obscena" y preguntó por qué los censores no habían intervenido.

MEJOR SEGURIDAD

Durante la década de 1990, Argelia fue el campo de batalla de un conflicto entre los rebeldes islámicos y las fuerzas del Gobierno que dejó 200.000 víctimas fatales, según cálculos de organizaciones no gubernamentales.

Muchos de los rebeldes han dejado las armas pero un núcleo resistente, que ahora opera como el brazo norafricano del Al Qaeda, todavía realiza atentados esporádicos contra blancos del Gobierno.

Los insurgentes perpetraron el mes pasado su ataque más letal en casi un año, emboscando un convoy policial y causando la muerte de 18 oficiales de la policía paramilitar y un civil, según fuentes oficiales.

Para evitar ataques durante el festival fueron desplegados 22.000 policías adicionales.

El mero hecho que haya sido realizado pone de relieve las mejoras en la seguridad de la capital, incluso aunque la violencia persista en otras partes. Argel no ha padecido un ataque de consideración desde el bombardeo de las oficinas de la ONU que dejó 40 muertos en diciembre del 2007.

Los organizadores del festival dijeron haber reunido a unos 8.000 artistas de 48 países, incluyendo al aclamado músico senegalés Youssou N'Dour, el cantante de reggae Alpha Blondy y el cantante caboverdiano ganador de un Grammy Cesaria Evora.

La única vez que el Festival Pan-Africano fue montado anteriormente fue en Argel 40 años atrás.

Muchos argelinos dijeron que el dinero gastado en el festival esta vez habría sido mejor aprovechado en la lucha contra el desempleo.

"Es un desperdicio de dinero", dijo Mohamed Amraoui de 25 años, parte del 70 por ciento de argelinos menores de 30 años que está sin trabajo, según cálculos no oficiales.

Pero la periodista televisiva Ghania Bessai dijo que el gasto valía la pena.

"Concurrir a conciertos en los que todos los artistas estaban actuando podría suceder una vez en la vida. Fue un gran festival", sostuvo.

REPUNTE REGIONAL

Argelia tiene también un motivo político para montar el festival: usar el poder de la diplomacia cultural para mejorar su influencia sobre Africa.

Como el segundo país más grande del continente y uno de los más ricos, Argelia a menudo se identifica más con Europa y Oriente Medio que con Africa.

Marruecos, su rival regional, se ha establecido como el centro de la cultura africana, celebrando festivales musicales cada año que atraen a decenas de miles de jóvenes y a menudo dan a los músicos africanos un lugar preponderante.

Ahora Argelia quiere reconectarse con su patrimonio africano.

"No se olvide que Nelson Mandela fue entrenado en las montañas de Argelia en la década de 1950", dijo a Reuters un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia.

"Si no me cree, vaya a visitar el museo del Ejército. Allí hay una foto de Mandela con sus instructores argelinos", añadió.

Abdelkader Messahel, el ministro delegado de los asuntos africanos de Argelia, dijo que su país quería desempeñar un rol central en el desarrollo de proyectos en el continente.

Entre estos están el gasoducto Trans-Sahariano, un proyecto para suministrar gas nigeriano a Europa vía Niger y Argelia, con un costo estimado en más de 10.000 millones de dólares.

"Nuestro lema siempre ha sido Africa para los africanos", dijo Messahel a Reuters.