Actualizado 29/12/2009 20:23

Argentina.- Los hijos de la dueña de 'Clarín' se someten a pruebas de ADN para determinar si son hijos de desaparecidos

Las Abuelas de la Plaza de Mayo califican de "ilegal" esta medida porque no se realizó en el laboratorio establecido por la ley

BUENOS AIRES, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los hijos adoptivos de la dueña del diario argentino 'Clarín', Ernestina Herrera de Noble, se realizaron este martes las pruebas de ADN para determinar si son realmente descendientes de desaparecidos de la última dictadura militar.

Marcela y Felipe Noble Herrera, ambos de 33 años, acudieron esta mañana (tarde en España) al Cuerpo Médico Forense en cumplimiento con la orden de la Justicia Federal de San Isidro que lleva este caso que ha despertado una gran polémica en la opinión pública argentina.

Se espera que en entre 15 y 45 días se den a conocer los resultados de estas pruebas, explicaron fuentes del Cuerpo Médico Forense citadas por 'Clarín', lo que podría poner fin a esta causa judicial que comenzó hace más de dos décadas cuando supuestos familiares aseguraron que los dos hijos adoptivos de Herrera de Noble eran descendientes de víctimas de la dictadura.

La medida fue ordenada en septiembre de 2004 por el juez federal de San Isidro, Conrado Bergesio, pero no se había realizado debido a algunas apelaciones que introdujeron las familias querellantes con el apoyo de las Abuelas de la Plaza de Mayo.

Jorge Anzorreguy, abogado de Marcela y Felipe, aseguró que el análisis de histocompatibilidad "se realizó correctamente" y que esto responde a una petición que los propios hijos de Herrera de Noble habían hecho hace más de seis años para poder esclarecer sus verdaderas identidades.

ORÍGENES

Marcela y Felipe fueron adoptados en 1976, pero hace unos 20 años dos familias han asegurado que la familia Noble realizó el trámite de manera ilegal por tratarse de dos niños que fueron apartados de sus padres durante la represión militar.

Según las denuncias, Felipe sería hijo de María del Carmen Gualdero de García, secuestrada en junio de 1976 cuando tenía nueve meses de gestación. Al parecer, nació en uno de los campos de prisioneros donde tenían recluidos a los disidentes.

La supuesta verdadera familia de Felipe espera confirmar su identidad para entregarle un poema que le escribió su madre, dos meses antes de ser llevada por los militares.

Marcela, por su parte, podría llamarse en realidad Matilde. Sus supuestos padres, Bárbara Miranda de Lanuscou y Roberto Lanuscou, fueron asesinados junto a sus dos hermanos después de que un grupo de soldados asaltaran su casa en septiembre de 1976.

Los familiares dicen que la única sobreviviente de este hecho violento fue Matilde que apenas tenía seis meses de vida. Las investigaciones apuntan a que la niña fue sacada de la vivienda por los militares y llevada a un lugar no precisado donde posteriormente fue adoptada.

OPOSICIÓN

Las Abuelas de la Plaza de Mayo han sido las primeras en oponerse a estas pruebas de ADN calificando de "ilegal" esta decisión porque los exámenes debieron realizarse en el Hospital Durand, donde funciona el Banco Nacional de Datos Genéticos de Argentina.

Ante esta situación, la presidenta de la organización, Estela de Carlotto, ha anunciado que impulsará un proceso judicial contra el magistrado Bergesio por haber autorizado que la prueba se realizase en el Cuerpo Médico Forense y no en el Banco Nacional de Datos Genéticos como lo establece la ley.

Carlotto denunció también que se "aceleró el trámite" de tal manera que "no se dio tiempo" a las Abuela de la Plaza de Mayo a presentar sus alegatos sobre este proceso judicial que ha sido completamente respaldado por esta organización que se dedica a dar con el paradero de los hijos despojados a las víctimas de la dictadura.

"Es una incógnita saber qué delitos habrá detrás de este caso para que se tergiverse y se dilate todo de tal manera", dijo Carlotto en declaraciones a la prensa.

Asimismo, consideró que el ADN de Felipe y Marcela debe también ser cotejado con el de las familias que también se encuentran buscando a sus descendientes.

"Acá no se trata sólo de dos familias querellantes que tienen sospechas sobre parentesco con los dos chicos porque muchas veces ha pasado que nos hemos llevado una desilusión porque no se trataba de la familia y se debió comparar con otras muestras", indicó.