Publicado 20/09/2016 10:29

Arturo Rosenblueth, el padrino de la cibernética

Arturo Rosenblueth
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   CIUDAD DE MÉXICO, 20 Sep. (Notimérica) -

   Arturo Rosenblueth fue uno de los más destacados neurólogos y fisiólogos mexicanos. El rigor que aplicó a sus investigaciones le condujo al descubrimiento de ciertos mecanismos de funcionamiento neurológico y al establecimiento de las bases de una matemática biológica, considerándose así como uno de los pioneros de la cibernética.

   Esta ciencia es el estudio interdisciplinario de la estructura de los sistemas reguladores, es decir, se centra en funciones de control y comunicación entre fenómenos externos e internos del sistema.

   Este científico nació en la ciudad mexicana de Chihuahua, en 1900, el mismo año en que el Congreso de México elegía presidente por sexta vez al general Porfirio Díaz. En el transcurso de los años revolucionarios, la familia Rosenblueth se marchó a Ciudad de México, donde el pequeño Arturo tuvo que ver y sentir el sufrimiento de la guerra civil.

   La violencia vivida en su infancia fue clave para que eligiese el camino de la medicina, a cuyo estudio se dedicó entre 1918 y 1921 en la capital del país. Para continuar su aprendizaje, Rosenblueth se marchó a Europa en 1923 y allí permaneció cinco años, estudiando en las universidades de Berlín y París, para especializarse en fisiología.

   Ya en 1927, Rosenblueth regresó a México ingresando inmediatamente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como profesor de Fisiología. Durante tres años permaneció en esta cátedra universitaria, mientras el país continuaba inmerso en un clima de violencia política.

   Posteriormente, gracias a la concesión de una beca de la Fundación Guggenheim, entre 1930 y 1932 realizó investigaciones de fisiología en la Universidad de Harvard.

   Asentado en esta universidad, el científico dedicó su tiempo a la enseñanza y a la investigación del sistema neurofisiológico. Durante esos años de trabajo investigó el mecanismo químico de la transmisión de los impulsos nerviosos entre los músculos y el cerebro. A su vez, como miembro de un prestigioso equipo de investigadores, fue, junto con Walter B. Cannon, coautor de la teoría de las dos simpatinas, según la cual se explican los fenómenos de inhibición de los efectos autónomos, es decir, de la capacidad de actividad funcional individual de una célula o un órgano en relación a otros.

   De esta manera, Rosenblueth fue un pilar en el movimiento tecnológico y científico de la época. La incorporación del componente volitivo en los esquemas de lo social, mental y biológico ha hecho florecer la cibernética, la investigación de operaciones, ingeniería de comunicaciones, teoría de sistemas, teoría de decisiones, prospectiva y planeación.

   En 1943, Rosenblueth regreso a México y en 1944 fue nombrado jefe del Laboratorio de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología. Como premio a su labor investigadora, le fueron otorgados los cargos de jefe del Departamento de Fisiología y director del Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores del Instituto Politécnico Nacional.

   Ya una vez en casa, el fisiólogo consciente de la importancia de dotar a México de una institución específica de investigación, formó parte del grupo que, reuniendo a lo más selecto de la ciencia mexicana, fundó la célebre Academia de la Investigación Científica.

   Los últimos años de vida de Rosenblueth coincidieron con el despegue económico de México y su éxito de los Juegos Olímpicos en 1968. Dos años después, fallecía en Ciudad de México, siendo su cuerpo enterrado en la Rotonda de los Hombres Ilustres, como reconocimiento de su valía intelectual y calidad humana. En 1978, en memoria del gran científico, fue creada la Fundación Arturo Rosenblueth para el Avance de la Ciencia.