ROMA, 22 Sep. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -
El misionero italiano Ruggero Ruvoletto, de 52 años, fue asesinado este sábado en Manaos (Brasil), donde se había trasladado a vivir dos años atrás y llevaba a cabo varios proyectos de ayuda a la población local.
El sacerdote falleció tras recibir un disparo en la cabeza. La agresión tuvo lugar en su habitación, en el barrio Santa Etelvina, zona norte de Manaos, donde vivía y desarrollaba sus trabajos misioneros.
El padre Ruvoletto era natural de Galta de Vigonovo, en la provincia de Venecia (norte de Italia) y antes de llegar a Brasil había prestado sus servicios en la diócesis italiana de Padua, donde dirigía el Centro Misionero. En Brasil había empezado a trabajar en la construcción de una escuela para niños y un centro para enseñar la lengua italiana.
La Policía brasileña está investigando el caso. Entre las hipótesis figura el robo, aunque tampoco se descarta que se trate de una "ejecución", enmarcada en "la serie de intimidaciones contra la Iglesia" que se están registrando en esta zona del país, según declaró el misionero Luigi Codianni en declaraciones a la agencia misionera Misna.
De hecho, el padre Ruvoletto no es el primer religioso víctima de la violencia. Otros padres y religiosas han sido asaltados en varias ocasiones. La razón sería el compromiso que muchos de ellos demuestran contra las organizaciones criminales.
Por su parte, el Papa Benedicto XVI calificó este asesinato de "acto vil y cruel contra un pacífico servidor del Evangelio", según declaró en un telegrama publicado hoy por el diario de la Santa Sede, 'L'Osservatore Romano'.