Actualizado 09/03/2015 18:59

Así se realiza el desminado en las regiones de conflicto en Colombia

Nathalie Ochoa de The Halo Trust.
Foto: COLPRENSA

BOGOTÁ, 9 Mar. (Colprensa/Notimérica) -

   Después de conocer que el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han alcanzado un acuerdo para el desminado del país, es interesante saber cómo se realiza este proceso, fundamental para la seguridad y mejora de las condiciones de vida de los habitantes de las regiones afectadas por el conflicto.

   El pacto, alcanzado por las delegaciones presentes en La Habana, prevé que los equipos de desminado estén formados por expertos de los países garantes y en ellos participarán tanto miembros del Gobierno como de las FARC.

   La oficial de operaciones de desminado de la organización 'The Halo Trust' en el municipio de Sonsón en Antioquia, Colombia, Nathalie Ochoa ha explicado los procedimientos por los que deben pasar los desminadores, todos los días, antes de partir hacia un campo minado a realizar su trabajo.

   Lo primero es que "esto no es una labor de voluntariado. Cada una de las personas que trabajan en nuestra organización devenga un salario con todas las prestaciones sociales", señala.

   Según cuenta, "el salario más bajo que pagamos a un desminador muy joven es de 700.000 pesos (270 dólares), cifra que supera el salario mínimo, pero que además les quedan libres porque ese es el total, luego de haber descontado las prestaciones".

   Ochoa explica que los desminadores duermen en un campamento, cerca de cada campo minado que se detecta, "pero a un distancia segura de la zona de peligro". De hecho, según ella, "en algunos campos es necesario caminar una hora o más desde el campamento hasta la zona de desminado".

EL PROCESO DE DESMINADO

   De acuerdo con su testimonio, el proceso de desminado de una zona comienza con un estudio no técnico. "Esto consiste en visitar un municipio donde haya sospecha de campos minados y conversar con la gente para que le cuente a uno sobre estos temas", indica la oficial.

   "Cuando llegamos a una zona de sospecha, se aseguran de entrevistar y consultar a todos los miembros de la comunidad, incluidos los hombres, mujeres y niños, para conseguir toda la información disponible sobre estos lugares", añade.

   Sin embargo, esto no es tan fácil como parece, ya que "muchas veces las veredas están abandonadas o la gente no confía lo suficiente para contar por donde se encuentran los campos minados", por lo que Ochoa afirma que "en ocasiones es necesario hacer más de una visita a cada zona mientras nos ganamos la confianza de la gente".

   Todos los datos compilados por los responsables de los estudios no técnicos se contrastan con cifras de las autoridades, con el fin de delimitar las áreas donde haya sospecha de minas. "En Sonsón hemos identificado hasta ahora tres zonas y estamos ya explorando dos", asegura.

   Una vez que las zonas están identificadas, los desminadores llegan a las áreas para iniciar la exploración y búsqueda en cada campo.

ASÍ TRABAJAN LOS DESMINADORES

   "Nuestros desminadores trabajan con una disciplina casi militar, pues la labor que está realizando requiere ser muy estrictos en este procedimiento", apunta la especialista.

   "Estas personas se levantan a las 5.00 ó 5.30 de la mañana, según la zona en la que se encuentren, se bañan, desayunan, se ponen el uniforme y sus elementos de protección de tal forma que a las 7.00 en punto de la mañana estén formados y listos para iniciar labores", agrega.

   Cada equipo tiene un supervisor, dos enfermeros que están capacitados para brindar auxilio en caso de cualquier emergencia, y mínimo tres desminadores capacitados en su labor. Tal y como narra Ochoa, "acá cada desminador recibe una capacitación básica de tres meses y a medida que progresa se le va capacitando en otros temas".

   Después de formarse, cada una de estas personas toma sus herramientas de trabajo, que incluyen un detector de metales, una pala y una espátula pequeñas, que le sirven para explorar el terreno centímetro a centímetro.

   Una vez en el campo, cada desminador tiene un área designada en la cual comienza usando su detector de metales, antes de dar el primer paso al interior del campo. Cuando se confirma que no hay ningún metal en los 10 ó 15 centímetros cuadrados que se han explorado, se da un paso. Este proceso puede durar unos 15 minutos en función de las condiciones de terreno.

   "A veces es necesario retirar la vegetación de la zona, pero eso no se hace hasta que no nos aseguramos de que en esta no hay peligro alguno", subraya la oficial.

Y ¿SI SE ENCUENTRA UNA MINA?

   Nathalie Ochoa explica que en la mayor parte de las zonas exploradas por los desminadores de 'The Halo Trust' no se encuentran minas antipersona. Sin embargo, "sabemos que si la gente de la región sospecha que hay minas, tenemos que asegurarnos completamente de que no las haya", señala.

   En caso de que un desminador encuentre que su detector de metales le da positivo, procede a demarcar la zona. "Nosotros usamos señales claras para establecer dónde puede haber una mina de tal forma que ni el desminador, ni nadie que transite por ahí pueda cruzarse con ella", afirma Ochoa.

   Después de reducir el área a unos 10 ó 15 centímetro cuadrados, se comienza una excavación lateral con el fin de encontrar el artefacto metálico. "Muchas veces lo que hay son residuos de baterías o casquillos de municiones usadas, pero siempre que el detector suena, se sabe que puede haber una mina", indica.

   Cuando el detector suena, el desminador excava alrededor de la zona delimitada con el fin de no ejercer presión sobre la posible mina. "Hemos encontrado que la mayoría de minas sembradas por las Farc y el ELN se activan por presión vertical directamente sobre ellas, por eso la excavación se hace por lo lados", precisa la experta.

   Una vez el desminador confirma que lo que encontró es efectivamente una mina, se retira y llama a su supervisor de campo para avisarle. En ese sentido, Ochoa cuenta que "cuando esto ocurre, el supervisor deja una señal clara de que allí hay una mina y termina la labor del desminador".

   Al finalizar la delimitación del área específica, el supervisor notifica a la central para que vaya un grupo de desminadores más experimentados, encargados de evaluar y determinar cómo funciona. Tras esta acción, se procede a destruirla, "reduciendo todo lo posible los daños que ésta pueda generar".

   Nathalie Ochoa concluye con orgullo: "En el año y medio que llevamos realizando esta labor en Colombia no hemos tenido un solo accidente, pues nuestros procedimientos son muy estrictos en términos de seguridad y, mientras estos se respeten, estamos seguros de que nunca tendremos uno solo".