Publicado 01/07/2015 22:25

Los ataques de la guerrilla a los oleoductos han provocado un desastre ecológico

Ecopetrol vertido petróleo Colombia FARC
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   BOGOTÁ, 1 Jul. (Reuters/Notimérica) -

   Los ataques de la guerrilla izquierdista contra la red de oleoductos de Colombia han provocado un desastre ecológico con el derrame de más de 4 millones de barriles de crudo en casi 30 años, ha mostrado este miércoles el primer informe de la industria petrolera sobre el tema.

   De acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), los ataques contra la infraestructura de oleoductos del país comenzaron en 1986 cuando empezó a funcionar el Caño Limón-Coveñas, blanco de permanentes atentados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

   "Hemos estado frente a una tragedia ambiental silenciosa que se ha prolongado durante casi 30 años. El daño al ambiente causado por los grupos guerrilleros, particularmente del ELN y de las FARC no es de ahora, se inició hace casi tres décadas", ha indicado en una rueda de prensa el presidente de la ACP, Francisco Lloreda.

   El daño ambiental causado por los ataques del conflicto que dura más de medio siglo cobró relevancia en la última semana tras un ataque de las FARC contra el oleoducto Transandino en el departamento de Nariño, en el suroeste del país, que contaminó un río y dejó sin agua a 160.000 habitantes del puerto de Tumaco, sobre la costa Pacífica.

   La mancha provocada por el derrame de unos 10.000 barriles de crudo contaminó playas del Pacífico, con un grave daño ambiental, de acuerdo con el Gobierno.

   Lloreda sostuvo que el petróleo derramado a ríos y campos por los ataques guerrilleros es 15 veces superior al accidente que se registró en 1989 cuando el barco Exxon Valdez encalló en Prince William Sound, Alaska, con una carga de 11 millones de galones que afectaron más de 2.000 kilómetros de Long Beach, en California.

   El dirigente ha indicado que la cifra de derrame de crudo en el país es superior si se tiene en cuenta que, entre 2002 y 2015, grupos armados ilegales que incluyen a la guerrilla han robado de los oleoductos 9,3 millones de barriles, de los cuales 6,5 millones fueron vertidos a ríos y campos.