Actualizado 10/12/2015 10:53

Benedicto XVI acompaña al Papa Francisco en la apertura de la "puerta santa"

Papa Francisco con Papa Benedicto XVI en el Jubileo de la Misericordia
ALESSANDRO BIANCHI / REUTERS

   CIUDAD DEL VATICANO, 8 Dic. (Notimex/Notimérica) -

   El Papa emérito Benedicto XVI ha acompañado hoy a su sucesor Francisco en la apertura de la "puerta santa" y juntos han inaugurado el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.

   Se trata de una jornada de Jubileo extraordinario convocada por Francisco, quien este 8 de diciembre cumple 1.000 días como pontífice de la Iglesia católica, y que será dedicado al tema de la misericordia. Está previsto que el evento se extienda hasta el próximo 20 de noviembre de 2016.

   Hacia el final de la misa, celebrada ante unas 50.000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el pontífice se dirigió a la galería de ingreso de la Basílica vaticana donde procedió a abrir el gran portón de madera y metal.

   Al llegar a la galería el líder católico se acercó a su antecesor, Benedicto XVI, quien se encontraba sentado en una esquina y lo saludó, después se colocó frente al gran portón de San Pedro donde comenzó el rito de apertura.

   El primero en atravesar la puerta tras el pontífice actual fue el Papa emérito Benedicto XVI, quien debió ser ayudado para avanzar lentamente a causa de su vejez. Detrás de él hicieron lo propio cardenales y obispos.

   Después, Francisco caminó hasta el altar mayor de la Basílica de San Pedro donde oró en silencio por unos instantes antes de dar la bendición final de la misa.

   A partir de entonces la "puerta santa" quedó abierta y ante ella se formó una fila de miles de personas que comenzaron a transitar para obtener especiales gracias espirituales, como marca la tradición. Entre ellos, el primer ministro, Matteo Renzi y el presidente de Italia, Sergio Mattarella.

   En torno al mediodía, Francisco se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro pronunció la bendición con la oración mariana del Angelus.