Actualizado 07/09/2010 15:00

Bolivia.-Canciller boliviano aboga por emplear las oportunidades de la crisis para construir nuevas formas de desarrollo

Dice que el "trabajo es felicidad" y por eso no le "asusta ver a los niños trabajar"


MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Exteriores boliviano, David Choquehuanca, afirmó este martes que el mundo vive actualmente tiempos difíciles, pero que la crisis "trae oportunidades" sobre las que necesitamos construir formas de desarrollo.

Choquehuanca inició así su discurso en la Conferencia Internacional sobre 'El Paradigma del buen vivir', en la que también participó, entre otros, la directora de Cooperación con América Latina y el Caribe de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Julia Olmo.

Según el canciller boliviano, cuando a los indígenas les toca gestionar la Administración Pública se preguntan para qué quieren administrar, "y todos los hermanos coincidían en que queremos volver al camino", afirmó. "Hemos perdido nuestra identidad, por eso hemos decidido volver al 'amiri'", señaló, en referencia a esta palabra que significa 'persona que vive bien'.

"Son personas que buscan vivir bien, no vivir mejor y, para eso, es necesario recuperar una serie de principios que tenemos que volver a aprender", indicó, y afirmó que no sólo se decidió construir una nueva sociedad, ya que, opinó, esta idea es excluyente, sino una vida armónica, "entre las personas y entre el hombre y la naturaleza". "Buscamos la armonía consigo misma, buscamos la armonía con nuestro entorno", aseguró.

Según Choquehuanca, la historia, hasta ahora, ha intentado dos caminos, el capitalismo --interesado por hacer dinero-- y el socialismo --que, indicó, sólo quiere satisfacer las necesidades del hombre--.

"Para nosotros, el hombre está en el último lugar, en primer lugar están las hormigas, las mariposas, nuestros ríos, nuestros cerros, el viento..., y el hombre en el último lugar", afirmó. "Para nosotros, lo más importante es la vida (...) coincidimos con el socialismo, buscamos satisfacer las necesidades materiales y espirituales, pero nuestra lucha va más allá, pensamos en la vida, en el todo, y empezamos a cuestionar el desarrollo", prosiguió.

Así, explicó que comenzaron a analizar las diferentes palabras traducidas a las diferentes lenguas, como el quechua, y llegaron a la conclusión de que ellos pueden aportar, con los valores, con el idioma, con las costumbres. "Nos dimos cuenta de que no necesitábamos inventar porque lo teníamos todo", afirmó.

Para Choquehuanca, vivir bien es saber alimentarse --según este responsable boliviano, antiguamente el alimento era medicinal, pero hoy en día comemos pero no nos alimentamos--, también vivir bien es saber comunicar, el diálogo permanente, además de saber gobernar --definiendo este término como la capacidad para resolver nuestros problemas. "Hemos perdido esta capacidad, esperamos que quienes ocupan los cargos públicos lo hagan por nosotros", afirmó.

Asimismo, indicó que vivir bien es dormir bien y saber dormir, es saber beber y saber danzar. Además, aseguró que vivir bien es saber trabajar. "Para nosotros, el trabajo es fiesta, es felicidad. Por eso no nos asusta ver a los niños trabajar, ya que otra cosa es explotar, pero no nos asusta ver a los niños asumir sus responsabilidades, ya que el trabajo es felicidad", aseveró.

Según Choquehuanca, la lucha de los que buscan el vivir bien va más allá de la democracia y de la libertad. "En nuestras comunidades todos nos complementamos y dependemos los unos de los otros, no somos libres", opinó.

NOCIÓN ANCESTRAL AJENA

Por otro lado, Olmo aseguró que "hablar del buen vivir es un paradigma que se plantea desde una cuestión colectiva, ajena al individualismo de Occidente, un entendimiento de todos los seres humanos en relación a la madre naturaleza". "Aunque esta noción ancestral nos resulte ajena, no podemos obviar que está cambiando la forma de gobernar", aseguró.

En representación de la cooperación española, afirmó que desde hace años, ésta ha incorporado esta idea en sus instrumentos de trabajo, de planificación y en sus documentos jurídicos rectores, "y es así desde el tercer plan director en la estrategia de cultura y desarrollo o la estrategia de cooperación con los pueblos indígenas", indicó.

Así, destacó de todos los documentos "el reconocimiento de la interculturalidad como algo consustancial al dinamismo de las culturas y a su coexistencia y que nos lleva a promover y a impulsar el enriquecimiento mutuo y la defensa de los derechos de los pueblos más vulnerables a elegir sus valores, su grado de contacto con otros pueblos o su rechazo a ese contacto".

Desde el programa indígena de la AECID se apoyan, en consecuencia, acciones que hagan posible este diálogo, aseveró, que permitan las recuperación cultural partiendo de los saberes propios y de la recreación y actualización de prácticas y elementos materiales olvidados u ocultos, y que tengan como objetivo la construcción de sociedades más justas e inclusivas, detalló.

"En este contexto tenemos muy presente que todo debe contar en su diseño y ejecución con la participación activa de los pueblos indígenas. En definitiva, lo que estamos definiendo y planteando es un enfoque que persigue toda nuestra actuacion y quehacer diario", concluyó Olmo.