Actualizado 04/04/2006 21:21

Bolivia.- La FAO celebra su iniciativa de gestión forestal sostenible en Bolivia para combatir la deforestación y coca


MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) hizo un balance "muy positivo" sobre un proyecto de desarrollo forestal sostenible en el trópico boliviano tras diez años de andadura. La iniciativa ha logrado involucrar a la población local sobre la necesidad de explotar de manera responsable los recursos del bosque, frenar la deforestación y fomentar cultivos alternativos a la coca.

Este proyecto, bajo el nombre 'Jatun Sach'a' --árbol grande en quechua-- y financiado por Alemania, Austria, Italia, Reino Unido, Irlanda del Norte, Suecia, Estados Unidos y Bolivia, nació en 1994 en la región del Trópico de Cochabamba y más tarde, en el año 2000 en los Yungas de La Paz, en el que han participado cerca de 11.000 familias.

El asesor técnico principal del proyecto, Gerard Raessens, subrayó que tras diez años "de esfuerzo" el desarrollo de sistemas agroforestales está "correctamente enfocada" y su objetivo es contribuir a mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales.

En los últimos 40 años, el Trópico de Cochabamba ha sido una de las regiones bolivianas que ha recibido una mayor inmigración debido a la escasez de tierras cultivables. Si en 1967 había 54 colonias en la región (cada una formada por entre 47 familias) en 1990 se estimaba que el número de colonias se acercaba a las 400.

Se trata de una zona de gran valor ecológico, que engloba el Parque Nacional Carracos y el Territorio Indígena y el Parque Nacional Isiboro Securé. También incluye las tierras comunitarias de origen que pertenecen a las etnias Yuqui y Yuracaré.

Para cultivar, los colonos habitualmente quemaban los bosques primarios para habilitar terrenos para uso agrícola. Las cenizas producidas fertilizan los suelos para las primeras siembras y plantaban arroz, yuca y maíz, que permitían a la familia subsistir, aunque esta práctica se tacha de destructiva porque se eliminan especies forestales sin posibilidad de regeneración.

ALTERNATIVAS A LA COCA

Para los colonos recién llegados, asentados en zonas remotas e incomunicadas, la producción de coca ofrecía numerosas ventajas: es un producto liviano que podía ser transportado a pie, requiere pocos cuidados y produce hasta cuatro cosechas anuales. El narcotráfico alentó el cultivo de coca en el Trópico de Cochabamba, que durante los años ochenta y noventa fue la mayor zona productora en Bolivia.

Por ello, la estrategia principal de 'Jatun Sach'a' fue ofrecer a las familias campesinas alternativas a estos cultivos y la agricultura de subsistencia. Al mismo tiempo se pretendía hacer frente a los dos principales impactos que produce la presencia humana en los ecosistemas tropicales: la deforestación y el agotamiento de los suelos.

Entre los cultivos agroforestales que permiten diversificar la producción y obtener ingresos sostenibles se seleccionaron básicamente el café, el cacao y el caucho. La ventaja de estos últimos es que no son perecederos, sus plantas ayudan en la conservación de los suelos, y sus frutos se pueden transportar fácilmente y tienen precios interesantes en volúmenes pequeños. También se promovieron actividades de floricultura, con la producción de flores exóticas y plantas ornamentales y la apicultura.

Paralelamente, los Planes de Gestión Forestal en los bosques primarios promovieron un aprovechamiento sostenible de la madera, compatible con la conservación de los bosques. El objetivo era lograr un manejo y aprovechamiento sostenible del bosque.

Cada dos décadas se corta el 70% de los árboles maduros y se conserva el restante 30% para que produzcan semilla. Los árboles jóvenes pueden desarrollarse mejor porque reciben más luz, por lo que se establecen las condiciones para que el bosque se regenere. En diez años, el proyecto contribuyó al desarrollo de planes de manejo en unas 177.000 hectáreas de bosque en el Trópico de Cochabamba.

Como la venta de la madera aserrada genera un mayor beneficio para la familia campesina, el proyecto promovió el uso de aserraderos portátiles, con el fin de obtener un mayor valor añadido. Los desechos de los árboles se aprovechan para la producción de carbón vegetal. "Para que sean adaptadas por la población es vital que estas nuevas actividades generen ingresos. Lo importante es que la gente pueda explotar los recursos del bosque de forma sostenible, rentable y legal", aseguró Raessens.

CONCIENCIA ECOLÓGICA

Otro resultado de este proyecto fue el desarrollo de una conciencia ecológica entre la población, con un programa de educación ambiental en las escuelas. Una estrategia de comunicación transversal formó a los campesinos en la aplicación de nuevas tecnologías y a tratar de buscar soluciones por sí mismos. Además, al contratar personal local se contribuyó a la formación técnica de un importante grupo de profesionales.

El proyecto fomentó la formación de organizaciones de productores, capaces de prestar asistencia y comercializar sus productos, y de invertir sus capitales propios. Su logro quizás más importante fue crear las condiciones para que sus propuestas tecnológicas y productivas pasen a ser propiedad de los beneficiarios que les darán continuidad.

"La aventura fue gratificante y los resultados son alentadores. El trabajo no fue fácil, pero al final comprobamos que juntos comenzamos a cambiar una estructura productiva depredadora e inequitativa, y por lo tanto generadora de pobreza y violencia, por una que produce riqueza, equidad y abre perspectivas de futuro", concluyó Raessens.