Actualizado 19/01/2015 17:27

Brasil y Holanda retiran a los embajadores en Indonesia después de las ejecuciones de sus ciudadanos

Marco Archer
Foto: YOUTUBE

SAO PAULO, 19 Ene. (Notimérica) -

   Brasil y Holanda han retirado a sus embajadores en Indonesia después de que el país del sudeste asiático haya ignorado sus peticiones de clemencia y haya ejecutado a los presos extranjeros en estos países por delitos relacionados con las drogas.

   De acuerdo con la oficina del Fiscal General de Brasil, cinco extranjeros -de Nigeria, Malawi, Vietnam, Holanda y Brasil- y un indonesio fueron ejecutados este sábado por seis pelotones de fusilamiento, convirtiéndose así en las primeras ejecuciones bajo el mandato del presidente Joko Widodo, según publica 'Estadao'.

   Brasil ha retirado a su embajador de Yakarta, capital de Indonesia, y ha asegurado que las ejecuciones podrían afectar a las relaciones bilaterales. "El uso de la pena de muerte, que la sociedad mundial condena, afecta gravemente a las relaciones entre nuestros países", ha indicado el Gobierno brasileño en un comunicado.

   Archer trabajó como instructor de vuelo libre y fue arrestado en agosto de 2003 cuando trató de entrar en el aeropuerto de Yakarta con 13,4 kilos de cocaína ocultos en un ala delta.

   De acuerdo con las leyes de Indonesia, la única manera de revertir una sentencia de muerte es que el presidente del país acepte una petición de clemencia, pero el mandatario indonesio Susilo Bambang Yudhoyono rechazó las dos peticiones que los dirigentes brasileños habían realizado en 2005 y en 2012.

   Por su parte, Holanda -antigua potencia colonial en Indonesia- también ha retirado a su embajador del país y ha condenado la ejecución de su ciudadano Ang Kiem Soei. "Es un castigo cruel e inhumano que equivale a una negación inaceptable de la dignidad e integridad humana", ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Bert Koenders.

   El presidente indonesio, que firmó las ejecuciones el mes pasado, ha adoptado una postura firme sobre la aplicación de la ley y se ha comprometido a no tener piedad con los delincuentes de drogas. Indonesia reanudó las ejecuciones en 2013 después de un intervalo de cinco años.

   "Este es un país que hace sólo unos años había adoptado medidas positivas para alejarse de la muerte, pero las autoridades están ahora dirigiendo el país en la dirección opuesta", subrayó Rupert Abbott, director de investigación del sudeste asiático para Amnistía Internacional.