Publicado 19/01/2015 16:48

Brasil paraliza la construcción de una presa que afectaría a tierras sagradas indígenas

Un indígena brasileño de la tribu Tatuyo
ANDRES STAPFF / REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 19 Ene. (Notimérica) -

La Justicia brasileña ha paralizado la construcción de una gran presa en el río Teles Pires, en la frontera entre los estados de Pará y Mato Grosso que iba a anegar gran parte de las "aldeas de los espíritus", situadas en las tierras sagradas de los casi mil indios Kaiabi que viven en la región.

A petición del Ministerio Público Federal la Justicia ha decidido ordenar la suspensión cautelar de las obras, porque en su opinión la empresa constructora no ha llevado a cabo las acciones de compensación de impacto ambiental a las que se comprometió cuando ganó el concurso, según informa el diario 'Folha de São Paulo'.

Es la sexta vez que la Justicia manda parar el proyecto, en curso desde 2010, aunque las órdenes anteriores han sido sorteadas por el Gobierno, que alega que la paralización de las obras afectaría gravemente a la economía, puesto que está previsto que abastezca de energía eléctrica a 2,5 millones de personas.

La presa en sí no afectará a tierras indígenas demarcadas -terrenos reconocidos por ley como propiedad de los nativos- pero está muy cerca, a 700 metros, y alberga algunos de los lugares más importantes para sus rituales y creencias, como el 'morro dos macacos' y la cascada de las Siete Caídas.

Para evaluar los posibles daños y proponer medidas compensatorias el Ministerio de Minas y Energía contrató al antropólogo y experto en indios Kasabi Frederico César Barbosa para que elaborase un informe, que resultó ser muy crítico con la construcción de la obra.

Aún así, al final de su trabajo de campo Barbosa fue secuestrado durante una semana por los indios, que exigían la presencia del presidente de la Fundación Nacional del Indio (Funai) para poder negociar una salida al conflicto.

Finalmente Barbosa tuvo que ser rescatado en helicóptero junto con otros funcionarios del Gobierno.

"Nos amenazaron con ponernos en una jaula en el centro de la aldea y pegarle fuego", aseguró el investigador, recordando también que la "red espiritual" de lugares sagrados es un patrimonio inmaterial de los indios muy difícil valorar con los parámetros habituales de los técnicos del Gobierno.

Según el informe final del Ministerio Público, la presa podría causar indirectamente graves problemas a la población indígena, como un aumento de la prostitución y de transmisión de enfermedades de transmisión sexual, sobre todo a raíz de la llegada de miles de trabajadores para las obras.

El Gobierno, sin embargo, remarca que la presa no afecta a tierras indígenas demarcadas y que los indios Kaiabi "tuvieron la oportunidad de conocer el proyecto, manifestarse e influir en él".