Actualizado 21/06/2009 16:46

Campamentos de Florida ofrecen esperanza a indigentes

Por Robert Green

SAN PETERSBURGO, EEUU (Reuters/EP) - En Florida, al final de una calle sin salida hay una área de tiendas de campaña para cientos de personas indigentes, pero sus habitantes dicen no haber abandonado sus esperanzas de una mejor vida a pesar de la crisis económica en Estados Unidos.

El campamento Pinellas Hope, que consiste en 250 tiendas individuales de la Diócesis Católica de San Petersburgo situadas en una zona boscosa del norte de la ciudad, tiene espacio para unas 270 personas y ha estado lleno desde que abrió hace dos años.

"Podría abrir las puertas y recibir a más de 500 personas", dijo Sheila Lopez, directora de operaciones de Caridades Católicas en la diócesis de San Petersburgo.

El campamento tiene un comedor, baños y duchas, un lavadero y unas pocas computadoras para que los residentes busquen empleo y preparen cartas de presentación.

"Este es un gran lugar para estar. Nos da una gran oportunidad. Tenemos un lugar seguro donde vivir. Definitivamente es mejor que dormir en la calle", dijo Alex, un residente que se negó a revelar su apellido.

El número de personas sin techo en Estados Unidos, uno de los países más ricos del mundo, es difícil determinar, según dicen grupos de apoyo, porque la mayoría de las personas carece de techo por un período de tiempo breve.

La Alianza Nacional para Terminar con la Indigencia (National Alliance to End Homelessness) estima que en cualquier noche de hay unas 675.000 personas sin techo. Entre 2,5 y 3,5 millones de estadounidenses experimentan la indigencia al menos una noche en un año.

La alianza dijo que espera que más de 1 millón de personas se quede sin hogar como consecuencia de la recesión actual.

EL FIN NO ESTA CERCA

Los campamentos han aparecido por todo Estados Unidos y sus defensores creen que podrían representar la vanguardia en una oleada de indigencia en los próximos meses mientras el desempleo, que se acerca al 10 por ciento, aumenta.

"No creo que hayamos empezado a ver el final del asunto. Pienso que los desafíos siguen siendo significativos y permanecen frente a nosotros", dijo Ron Book, presidente del Fondo de Personas sin Techo del condado Miami-Dade, donde el año pasado las llamadas a la línea gratuita para personas sin hogar se cuadruplicaron.

Florida, donde el desempleo se disparó porque la recesión dejó sin trabajo a miles de personas empleadas en obras de construcción durante el auge inmobiliario, tiene 50.000 personas indigentes, según la alianza. Casi 6.500 de éstas se encuentran en la zona de Tampa.

Cuando se lo consultó por la proliferación de los campamentos durante una conferencia de prensa en marzo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que "no era aceptable que haya niños y familias sin un techo sobre sus cabezas en un país tan rico como el nuestro".

Obama se refirió a sus programas laborales y gastos en infraestructura como modos de combatir el problema.

En algunos lugares, los administradores de campamentos están desalentados.

En Seattle, por ejemplo, las autoridades arrestaron y evacuaron a personas sin techo de un asentamiento compuesto de tiendas el otoño pasado. Algunas de esas personas han regresado recientemente.

En Sacramento, la capital de California, las autoridades desmantelaron un campamento ilegal de más de 100 personas y trasladaron a sus residentes a refugios o viviendas permanentes.

Pinellas Hope fue recibido con brazos abiertos. El alcalde Rick Baker dijo que la ciudad contribuyó con 250.000 dólares para el campamento el año pasado y que equipos de la ciudad ayudaron a despejar el terreno.

"Nos solidarizamos mucho con Pinellas Hope. Las organizaciones de caridad católicas son particularmente buenas para dirigir esto", dijo Baker.

NADA DE FAMILIAS NI DE DROGAS

La edad de los residentes del campamento va de 18 a más de 70 años. No se permiten familias.

Como parte de las reglas del campamento se prohíben las drogas, el alcohol y la violencia. Los residentes van y vienen durante el día pero durante la semana hay un toque de queda a las 22.00 horas y a la medianoche los viernes y sábados.

Otras reglas dicen que los residentes deben ser corteses y respetuosos y recoger los residuos que dejan.

Bob Kinzie, de 58 años, dijo que ha vivido en el campamento durante seis meses, después de perder su empleo en una compañía de seguridad.

Bien afeitado y prolijamente vestido en una camiseta y pantalones, dijo que estaba alquilando una casa antes de perder su empleo y su auto y terminó en el campamento.

"Es lo que quieres que sea. Se puede vivir aquí", dijo Kinzie. "Ya saldré de esta", agregó.

La gente es derivada al campamento por equipos de policías locales y asistentes sociales. Una vez que son aceptados, a los residentes se les asigna un encargado para que los ayude a conseguir empleo.

Lopez dijo que la estadía promedio era de 77 días pero que muchos permanecen más tiempo.

Scott, quien se negó a revelar su apellido, dijo haber perdido su trabajo como constructor de embarcaciones debido a la recesión y que hacía dos meses que estaba en Pinellas Hope.

"No me puedo quejar. Esta gente es verdaderamente maravillosa", dijo el joven.

Scott aseguró que se había postulado para un programa de recapacitación laboral que era parte del plan de estímulo económico de Obama, pero después de que le dijeron que calificaba para el programa, recibió un mensaje indicando que no se aceptaban nuevos postulantes.

López señaló que tener el campamento en funcionamiento cuesta 2,6 millones de dólares al año y que la mitad de eso proviene de donaciones de alimentos y otros artículos.

Pinellas Hope reemplazó una campamento en el centro de San Petersburgo que había cerrado hace dos años. La policía echó a los residentes y derribó algunas tiendas.

López sostuvo que a las carpas se estaban agregando 80 chozas individuales de madera. Aseveró que la diócesis esperaba construir departamentos en el terreno, que está lejos de cualquier barrio residencial.

Una copia de los Diez Mandamientos está en un lugar destacado, junto con carteles que piden paz, alegría, amor y amabilidad.

"Ojalá podamos salvar algunas personas", comentó.